Plena tarde y tú…esperas. Alguien ha dicho que cuando el amor es tan fuerte, se impregna hasta en las paredes. Pero también el odio. Y el miedo. Que comienza a reptar por habitaciones vacías y húmedas. Oscuras. Tristes. Silenciosas. Cadavéricas. Los recuerdos se amontonan en los rincones, fotos grises, amarillentas, rasgadas. Gritos, insultos, golpes ocultados y llantos. Un niño que cae y llora, una muerte inútil. Un corazón destrozado. Un vacío. Juguetes rotos, sin sonidos. Y los pasos tuyos buscando entre el silencio y la soledad de una cuna vacía…Afuera la noche incipiente, parece querer ocultar con una llovizna fría, tanto dolor. No se puede. Es imposible borrar tantos años de un amor equivocado. Un amor sucio, desquiciado. Hoy es el día, el aniversario del hijo perdido. La puerta del dormitorio en la casa vacía y derruída, gime. Tu figura avanza e ilumina con su débil resplandor espectral, un angelito de porcelana,roto, colgante. Has vuelto tía…nadie te ve. Nadie lo sabe.

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