Siempre he creído que un ser humano no podría vivir sin ninguna familia.
Hasta que le conocí a él.
No tenía a nadie, la soledad en la noche era su única compañía.
Le decían, ! Hay que ser muy valiente para vivir tan sólo!.
Llegó un día de un país lejano y para él su familia era lo más importante.
Era hijo único, en su infancia no quería tener hermanos, con los años desearía haberlos tenido.
Cuando sus padres fallecieron se vio sólo y sin trabajo, perdido.
Cada día le resultaba más difícil vivir.
No se casó, no tuvo hijos y sus relaciones siempre fueron duras.
Sufrió y con el paso de los años comprendió lo importante que era tener a alguien.
Pero él no tenía a nadie.
Un día empezó a sentirse mal y sospechando que algo con iba bien, no quiso ponerle remedio.
Dejo que llegase y que el destino decidiera lo que tenía que ser.
Y no temía enfrentarse a un final, y ese final llegó.
Al fin descansaba un alma triste y sola, al fin dormía tranquila un alma dasasosegada, al fin tenía paz.
Sonó un tintineo de cascabeles y fue así como todo
concluyó.
Concluyó la tristeza, la soledad, la rutina y sobre todo el dolor y la tremenda angustia que a veces inunda el alma, anega el corazón y destruye la esperanza.
Sonó un tintineo de cascabeles, cerró los ojos la luz del sol resbaló sobre su rostro dejando ver un reflejo de sonrisa, un reflejo de paz….
Alguien derramó una lagrtima que furtiva mojo su rostro.
Y de repente el sol se ocultó, y el tintineo de cascabeles cesó….
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