Un mar de felicidad

Un mar de felicidad

Jonathan Jj

04/09/2019

¿Donde comienza y termina una aventura? un Romance, un Accidente, una historia.

Mi familia y yo como todos los años decidimos viajar al mar, ya que es el único lugar donde una familia con escasos recursos puede optar como viaje, el destino no era tan lejos, mas bien a unos cuantos pocos kilómetros de casa.

El día antes del viaje como cualquier familia organizada preparamos nuestras cosas, la comida que íbamos a llevar se hacia un día antes para no tener que cocinar en el lugar de destino, como eramos una familia un poco extensa por lo tanto había que separar a cada miembro por la cantidad de autos que contábamos, lamentablemente los autos eran muy pocos y uno de mis tío tuvo que quedarse abajo, adiós tío «que la fuerza te acompañe».

Después de ver como la silueta de mi tío se quedaba atrás cada vez mas lejos del vidrio trasero del vehículo, emprendimos rumbo hacia el mar, no todos iba feliz, pero por alguna razón yo y los miembros mas pequeños de mi familia no hallábamos la hora para llegar.

Quizás la frustración de los adultos en parte fue porque no era un lugar nuevo, la verdad es que ir al mar era tradición cada final de año. ya saben, las mismas fotos, las mismas caras, los mismos comentarios, ellos no lo pasaban muy bien pero el dinero no alcanza para mas.

Si me preguntan mi opinión, para mi, incluso a la edad que tengo ahora, era lo mejor que tenia, era poco, era repetitivo pero estaba con mi familia y a pesar de las caras largas en un principio, al final terminaban todos pasándolo genial.

No importa lugar sino con quien pasa tu tiempo.

Luego de un largo viaje en la carretera, abrimos las ventanillas de los vehículos y se pudo sentir el aroma del mar, a lo lejos se lograba observar como las montañas daban paso a ese majestuoso e inmenso cumulo de agua salada, como buenos niños que somos empezamos a gritar y hacer preguntar como ¿cuanto era lo que faltaba para estar allí?.

No faltaba nada, quedaba tan poco para llegar a la arena que casi lo podíamos tocar, hasta que uno de los ancianos de la familia se enfermo del estomago y tuvimos que parar en un servicentro para que pudiese ocupar el baño también aprovechando el momento decidieron cargar gasolina para el regreso.

Adentro del vehículo los mas pequeños nos comíamos las uñas de ansiosos por llegar al mar, si solo faltaban un par de metros mas, la desesperación era tal que empezamos a provocar berrinches, a pelearnos entre nosotros y entre rose y rose, uno de los niños se puso a llorar ya que lo pasaron a llevar muy brusco.

Eso provoco la ira de unas de mis tías mas bélicas que se encontraba en mi familia, nos agarro de la ropa y nos reto tan fuerte que quedamos pasmados ante tal reprimenda que nos dio gratuitamente a cada uno, no se como explicar la paz que había después del aquel acontecimiento, fue el mejor remedio para las rabietas.

Llegamos a al mar, se detuvo el auto y en una fracción de segundos los mas pequeños salimos disparados como cohetes hacia la arena del mar, era como si nos hubiesen tenido amarrados en el automóvil, pero antes de que empezáramos a jugar y a hacer castillos de arena, los adultos nos fueron a buscar y nos trajeron de regreso al punto de partida en la playa, había que cambiarse de ropa y echarse bloqueador.

Estábamos todos los niños muy felices cambiándonos de ropa a la intemperie hasta que apareció ella, la niña mas hermosa que mis ojos hubiesen conocido, a mi y a mis primos hombres nos dio tanta vergüenza cuando nos vio desnudos y llenos de bloqueador que nos ocultamos detrás de unas toallas.

Luego de aquel escándalo ya eramos libres de ir a explorar el mar, sin antes llevarnos las advertencias de los adultos de no jugar muy adentro en el mar, ellos nos contaban que en la orilla mas profunda existía un monstruo de varios tentáculos que arrastraba a los niños desobedientes a lo mas profundo del mar para comérselos, después de esa historia que niño inocente se atrevería a ir mas profundo en el mar.

Jugamos todo aquel día, hicimos castillos de arena como los mejores arquitectos de la playa, unos castillos a orilla del mar, otros grandes con fosas de agua a su alrededor, unas verdaderas maravillas arquitectónicas dentro del pensamiento infantil para protegernos del monstruo roba niños.

Mis primos y yo mirábamos de lejos a la niña linda que nos vio desnudos anteriormente, estábamos embobados, pero creo que a esa edad el tiempo que tienes para jugar es mas importante que el amor.

Los adultos por otro lado se dedicaron a ordenar las cosas para la hora de almuerzo, bebían y conversaban entre ellos, los mas aventureros solo pasearon a orilla del mar y otro grupo se dedicaba a vigilar nos.

Todos lo pasamos Estupendo, lamentablemente los días en estos tiempos son muy cortos y el sol ya empezaba a arreglarse para irse a dormir bajo el mar, los mas pequeños intentamos quedarnos lo mas que pudimos pero ya era demasiado tarde, cuando a nuestros castillos el mar se trago, sabíamos que el viaje había concluido. era tiempo de volver a casa, la calamidad inundo nuestros pequeños corazones, no queríamos irnos de ese maravilloso lugar y rompimos en llanto hasta que mi tía bélica nos echo una sola mirada enojada y nos subimos calladamente a los respectivos vehículos.

Mientras miraba por el vidrio posterior del vehículo, le decía adiós a todas aquellas cosas que pasaron ese día, a los castillos, a la playa, la arena, la chica linda y sobre todo al mar.

Adiós mar nos veremos el próximo año.

FIN

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