Volar como pájaros hacia un destino desconocido, nuevos rincones por explorar donde los minutos del reloj no cuentan, donde no importa la distancia, ni el idioma, solo el lugar.
Mi cerebro da saltos de alegría cuando se aproxima el día de partida, esta deseoso de ver caminos nuevos, sendas que le llevan a lugares desconocidos, increíbles sobrecargas de estímulos grabados en la retina para siempre.
No importa el destino, viajar es una adicción, puede ser Europa, América, Asia… coger la maleta y escuchar el traqueteo de las ruedas es una sinfonía para mis oídos.
Este año he conocido nuevas culturas, muy alejadas de la mía, personas maravillosas en todo su esplendor, me decían Asia enamora y ahora entiendo el porque, es el lugar, las personas que te ayudan en el viaje, los templos, las playas, las puestas de sol que enamoran, la fusión de todo es lo que hace que viajar a Asia sea mágico, dando la vuelta a tu manera de vivir y de pensar.
¡¡Vuela con la mente y descubre con el corazón!!
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