La Tragedia De Mi$%¡da

Basado en hechos reales

Era un lunes por la tarde. Mi padre y yo disponíamos nuestro tiempo para ir al trabajo como repartidores de abarrotes. El día era fastidioso, no sé si por ser lunes o ya de plano porque no se le ocurrió mejor cosa que ser así.

El caso es que mi padre y yo nos hubimos preparado a partir de casa. Camioneta ya cargada, dispuso a dejar a su esposa y al perro solos en casa, y dimos marcha al ya muy gastado vehículo, dejando atrás la casa amarilla con sus blancos y bruscamente gastados canceles.

Me preguntaba si mis hermanos están haciendo cosas más interesantes, porque yo ya no quería estar más aburrido, y suspiré de fatiga y aletargamiento.

Pero de pronto aconteció, ni dos manzanas alcanzamos a movernos cuando el llamado de la aventura se presentó en la forma de una llamada de su esposa:

-Víctor, ven rápido- decía ella agitada – Él está ahí

-¿Qué pasa Irma? ¿Quién está dónde?

– Está en República… [sonidos de agitación y lucha] ¡Córrele!

– [agitado también] Voy para allá. [a mí] hijo, ahorita vengo, cuida aquí la camioneta.

Salió del vehículo precipitosamente hacia la calle República.

Me pregunto qué clase de problemas afrontará mi valeroso padre. Tal vez la pregunta que me hice segundos atrás «¿Qué estarán haciendo mis hermanos?» debió ser «¿Con qué estarán luchando?».

…

A los pocos minutos apareció mi padre con un semblante de enfado, derrotado.

-Bien- pregunté curiosamente – ¿Qué pasó?

Tardó unos segundos, pero al fin respondió:

– Ese pinche perro. Debes cerrar el cancel cuando nos vayamos.

Tanto heroísmo, valentía y disposición a la batalla… ¡Para eso!

Yo me reí a carcajadas y él sólo me dijo:

-No te burles. Creí que le había pasado algo a tu hermano.

Después de todo ese lunes no fue tan fastidioso.