Cuando emprendemos un viaje, por mas que estudiamos y leemos acerca de ese lugar de destino, nos embarga la sensacion de incertidumbre.
Asi comenzó su travesia, con la mirada al final del camino, él solo queria terminar con ese recorrido, que ya se sentia interminable. Era el viaje de su vida, lo habia planeado y esperado tanto, son esos proyectos, en donde uno se queda soñando, embobado, extasiado.
Seria una caminata por el borde de su pasado, experimentando odios, desencuentros y desamores, dejando huellas en la arena, como un rastro que invita a vivir, al menos por esos instantes de cada día, de cada pueblo, de cada cuerpo que pasa por él.
Su meta es la prehistoria vivida por otros, aquel futuro que no se realiza pero que ya lo golpea en sus sentidos, es un lugar inaccesible, al que casi nadie puede llegar vivo, donde los mas arriesgados sucumben y los cobardes no se atreven, no llegan, esta alla lejos, muy lejos.
Es un viaje que durará casi toda la vida, años que se amontonan hasta llegar al pasado remoto de los decepcionados por sus debilidades, se lanza a incursiones en lo profundo de los sueños frustados por ataques de dudas e inseguridades, pasos perdidos en la bruma de la indiferencia de dar algo al porvenir, pudiendo entregarse en cuerpo y alma a la busqueda de la verdad pero la tragedia de sus obras lo detiene, lo aplasta, lo mata.
El viajero yo no puede sonrier, se aferra a la senda trazada, su ruta de vida esta bajo la sombra de otros caminantes, vericuetos y estrechos pasajes que lo desvian de su curso; solo y ciego ya no puede andar, esta maltrecho y asustado, como aquel soldado que regresa herido y vendado con gasas de viejas heridas, malgastado en su honor, no es siquiera un menesteroso, es casi un paria de espiritu al que ya se le acabo la felicidad.
¿No hay salida para esta pobre alma desfigurada? Se preguntan en las comarcas que visitó, ¿será su final asi de incierto e injusto? No, por Dios, al final de este viaje aun le quedaráaquella esperanza tenue, imperceptible casi sin color. Aquel menesteroso se cruza con alguien que brilla por si solo, con luz propia, es un resplandor que solo la pureza refleja, él es quien puede caminar descalzo porque sus pisadas no tocan el suelo, su figura mas que brillar, alumbra por donde pasa, es mas que todo lo soñado, es por lo que cada ser humano anhela en su corazón.
Ese encuentro del caminante con el personaje de luz, ha iluminado todo su ser, ya su faz no es la del pasado, se ha llenado de color y luz, sus pasos son firmes y agiles ahora, él que pensaba que ya terminaba su camino, es un nuevo comienzo, al final de su viaje comienza de nuevo, esta vez parte nuevamente, pero ya no es el mismo, es mas que un viajero, un caminante regenerado, que se había encontrado con la verdad, se había encontrado con el Salvador.
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