¿Hasta donde podre llegar en el viaje más largo de mi corta vida? ¿Cómo emprender tan largo viaje en tan poco tiempo? ¿Podre llevar aunque sea una maleta? Si tan solo supiera mi destino, llevaría objetos y pertenencias que me podrían servir, sin embargo, no sé a dónde voy. ¿A dónde vas? Susurro mi conciencia, y para ser sincero no sabía que contestar, son esas ocasiones en las que abordas el autobús y ni si quieras sabes el destino. De por si, siempre mi vida fue de improvistos y ese viaje no era la excepción. Mientras despedía a los míos por la ventana, la incertidumbre acrecentó, la noche y el viaje serían tan largos que tendría tiempo para pensar a donde me llevaría el conductor del tiempo. Con un velero llamado libertad sonando en el radio, canción que me acompañaría y con las manos húmedas por el sudor del miedo, comenzaba el viaje más largo de mi vida.
Con una maleta cargada de sueños, recuerdos y emociones más que ropa, había empacado la esencia de mi vida, lo único que necesitaría para empezar y terminar este viaje.

Mientras algunas personas iban con felicidad, pensando los que les traería este viaje, quizás conocer nuevos lugares, amigos, playas paradisíacas, bosques encantados, paisajes inolvidables, yo pensaba en lo complicado que sería llegar a mi destino y enfrentarme a la realidad de comenzar nuevamente. Comprendí que no todos los viajes se hacen por placer, muchas veces hay que perderse para encontrarse, buscar nuestro propio norte, hacer nuestro propio cielo o nuestro propio infierno. El viaje de esta vida es complicado. Llegando a la estación del bus, muy de madrugada, baje mis maletas, había llegado a mi destino, más no había terminado mi viaje. El viaje de la vida empieza el día que nacemos, termina el día que fallecemos. Ahora era momento de seguir, con norte, pero sin horizonte, todo era denso, más si un objetivo claro. Durante el viaje comprendí que las maletas no se llenan de ropa, si no de recuerdos que no se doblan y que las despedidas por más duras que sean no son eternas. La vida es un viaje que ni si quiera nos damos cuenta lo emocionante que es, no siempre hay que abordar un bus, un avión, un barco, el pasaporte no siempre es necesario y las escalas no siempre son obligatorias. Vida dame más vida, vida dame más tiempo, vida no te quedes con nada, dame todo para poder terminar este viaje, el viaje más interesante que me a tocado emprender. Vida muéstrame el final de este camino, ¿Hasta donde podré llegar? Pueda que el cielo y el infierno estén muy lejos, pero para mí están muy cerca, los ángeles y los demonios comparten conmigo y sin duda alguna me acompañaran siempre, desde el inicio de mi viaje hasta el final. No todas son rectas, algunas veces hay curvas, no siempre un viaje se termina de la mejor manera, en el transcurso, más de algún inconveniente se encuentra y por si fuera poco por más planeado que esté, por algún motivo hay que tratar de improvisar siempre. Mi maleta lleva lo necesario, pero es durante el viaje que lo voy llenando, y es que en la vida no se tiene todo de un sólo. Nadie nace con todo, todos nacen sin nada, nadie empieza de arriba, todos empiezan de abajo para que el golpe sea menos fuerte, y la verdad creo que era momento de empezar de abajo, de muy abajo, empezar de 0, empezar del kilometro 0. Hoy, 5 primaveras después sigo en mi viaje, viaje que aun no se cuando sea el final, pero mientras llega tratare de disfrutar cada momento de este viaje, del viaje de la vida, del viaje de mi vida.

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