El pueblo de flores

El pueblo de flores

camilo celis

02/07/2019

El pueblo de flores estaba nuevamente incendiado, en la elíptica demencia, que hace vacía las casualidades y las entonaciones silenciosas. El vacío, en un futuro, será el palpitar del viento sobre las hojas; y el primer grito un recuerdo obstinado, en la colectiva memoria fatigada, por el alma, cuando hablan a solas. El pueblo de Flores se incendiaba alrededor, de llamas e ilusiones, con personas desahuciadas, y sin aliento.- tengo el hombro adormecido.- dijo flores, y creo que también los pies, y las manos, aunque me molesta mas la picazón en mi nariz, pero creo que es un problema menor entre tanta humanidad buscando vida en cenizas de muerte. Flores fundó el pueblo, un día miércoles, cuando las guardias militares habían olvidado el origen terrenal, de la naturaleza, y se hizo ver lo malversado de su poder, entonces arrojó las primeras rocas, desde el fondo del mar, hacia la tierra firme, y poco húmeda que eligió para fundarlo.- si la tierra me sostiene a mí, sostendrá a un pueblo entero.- dijo.- mientras comía los suflés, antes del almuerzo, y contaba el peso , de diez en diez, con los dedos manchados, y la esperanza podrida, por los malos versos que se escapaban , en botellas a la orilla del mar.- un pueblo reciente y contante.- decía flores.- reciente y constante.- repetía.- mientras construía las casitas rojas y, azules que lo acompañaban sobre el salón del océano, en la ventura marítima más grande conocida por el hombre.- primero seremos un pueblo luego quizás una gran nación.- flores nació una mañana no habían indicios del proceder de sus padres ni de antepasado alguno, Jif, su amigo historiador, le prometió un día que la historia seria como la de los hombres grandes, y que no alcanzarían las letras para hacer miserable la imaginación futura de los lectores, que solo vera un diminuto hombre sobre un charco de agua.- si la persona es grande Simplemente se arroja la océano, si el océano es inmenso, ,la persona es frágil ante un nuevo paisaje, pero si es frágil la persona, el paisaje es soñado, y el océano un inmenso insomnio.- dijo flores, mientras martillaba las ultimas tablas, sobre el techo, entendido, y ovalado en la educación cotidiana de los primeros pensantes.

Cuatrocientas personas habitaron cada hogar, y cada rincón del pueblo de flores. La tierra robada adorno, las mejillas de flores, y cobijó los fríos hombros, en las noches taciturnas, en los años donde su corazón palpitaba firmes soluciones, Jif, llamo al pueblo. “el pueblo de flores “luego de escuchar, como, la gente se reunía para maldecir la aventura, y de encontrar los problemas de vivir sobre la consonante mar..- si tengo tiempo no tendré cordura, es el ciclo de la vida.-de la vida mientras Jif, escribía la travesía sobre la mar, y en las menesteres ´por la as cuales suplicaba a su ampolleta no dijera oscuro en vez de claro. Redujeron cuadros anchos de mar, mientras avanzaban los años ignorados por flores que en su casa reposaba cada noche, para pensar en cada una, de las personas del pueblo, en cada habitante vivo o desahuciado; muerto, o recién, o recién nacido que acompañaba la travesía. En largas tardes, llenaba botellas con prosa suave y plana, como el caer, de lo absoluto a lo complejo, y de lo liviano, a lo irreal cuando una pestaña se extravía y cae sobre el labio cobijador, en el paisaje de un beso. Jif, experto escuchador en los últimos días antes del incendio, hablo con flores de la mala fama entre los habitantes que habían visto tan solo una vez culpable de su hambruna, y delirios d nueva vida.-es tan necesario la lógica, Jif.- dijo flores,.- delgadamente, como lo que quedaba de él , cuando , ya casi sin fuerzas arrojaba una cuerda a Jif.- pronto, se quema!! .-Decía.- con el pecho transpirado y, casi cayendo por el cansancio de los años pasados sobre la esperanza cobijadora de la creación propia, y libre que viaja sobre los hombros de los ya vividos, esos mismos, que ahora destruían el pueblo, como quien destruye el curso de una cascada cuesta abajo. Jif junto a él estuvo escribiendo las últimas letras en la historia de flores, que por un segundo tuvo la dicha de ver morir a los que buscaban la vida, en el ida sin retorno de los que mueren enfermos. Luego de lanzarse al mar, esperó la muerte.

Las hojas de jif se encontraron luego de años a las orillas del océano. “El pueblo de flores” tan grande como el océano, Viajó junto a hombres sabios en tiempos de cordura, y esperanza, así como los peces dentro de peceras que, nos resguardaban del mar en la desesperación silenciosa, que creció con los días, y los meses, e hizo años las siluetas de las personas, cuando la angustia es el visitante en una residencia cerrada. Flores y su pueblo….

Flores

Altura: 1.70

Peso: 230 kg

Edad. 55 años

Mirada viscosa sobre mis manos, y el llanto, que lavaría mis manos está a la espera de las siguientes botellas, con los demás escritos

Fin.

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