En una tarde gris divague sobre lo mucho que trabajaba y lo poco que viajaba, tome mi computadora sin saber muy bien que camino tomar, sin saber realmente que podía esperar; me desvelaban los deseos infinitos de escapar, y mientras divagaba entre una idea y otra, fui buscando en Google Maps las pirámides de Egipto, vi en 3D todo lo que ahí rodeaba y me dispuse a imaginar como sería caminar entre las rutas turísticas que guardan los visitantes… me imaginé justo en ese lugar y recorrí cada ruta guardada en el mapa, después de unos minutos me tomaba por sorpresa cierto sentimiento de nostalgia y tristeza, me afligía un poco el hecho de no poder estar ahí, así que decidí ir a dormir.
Soñé! Fue toda una sorpresa soñar con mi viaje a Egipto, disfrute las excursiones de la zona, volé entre pirámide y pirámide, nuevas caras pude ver en mi sueño y disfrute la cálida brisa del lugar, a la mañana siguiente pensé que había descubierto una buena forma de dejar mi mente volar, ni siquiera la nostalgia de saber que era un simple sueño me limito a querer buscar otros destinos para soñarlos.
Soñé y soñé, noche tras noche, entre país y país; disfruté de alguna manera conocer cada destino a mi manera, entendí que la limitación la tiene quien no tiene la capacidad de soñar y aunque mis limitaciones económicas no me permiten estar allí, no había nada que me impidiera soñarlo.
Sueño cada noche con un destino diferente… aunque suelo repetir los que más disfruto.
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