Inaceptable era la idea que no estés. Cuando me dijeron que te habías ido, Sentí un dolor que no se explicaba con el desconsuelo. Me acosté a tu lado imaginándome tu respiración. Quería olvidar, pero el tacto con la frialdad de tu tez me lo recordaba constantemente. Sabía que ya no eras, pero sin embargo para mi lo eras todo. La realidad es que no pude dejarte en ese momento y tampoco lo puedo ahora.

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