INFRALEVE

El golpe de una profesora ego-maniaca en el pupitre al tomar clases de filosofía.

INFRAORDINARIO

Sentarse siempre junto a la ventana. Dejar la mochila enfrente; cruzar las piernas y tomar una pluma: deslizarla, desplazándola por entre el dedo meñique, el índice, el anular, mientras la vista permanece fija en un punto perdido en el horizonte. Escuchar, escuchar detenidamente (notar dejos de la voz característicos: siseos, muletillas, rasgueos de garganta). Acaso y, de repente, doodlear algunas notas (garabatos) en el cuaderno. Was ist los mit meinem Leben? Macht irgendetwas Sinn? «¡A mí! ¡Mírame a mí!» Un golpe seco en el pupitre que te trae de vuelta. Verla –inesperadamente y sin aviso previo—, dejar de oír.

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