El tiempo inerte y la juventud

El tiempo inerte y la juventud

Gabgaara

14/02/2023

 Infraordinario

Para mí el tiempo es inerte, partículas de memorias en las neuronas, un polvo incandescente que alumbra mi ser consciente.

Cada vez que recuerdo; soy joven, quién se mueve a través de la historia ya pensada: es mi ser, quién vago por un camino de polvo de estrellas diferentes a mi, seres conscientes e incoscientes y a través de materia inerte, un paraíso utópico para mí: de piedra y cemento.

Mientras caminaba por la juventud de la vida, recuerdo ser feliz, aquellas cosas inexplicables que pasaban a mi alrededor abrazándome como pequeñas luciérnagas de alcohol, la euforia era evidente en cada paso de mi vida.

El reír a carcajadas, una sola preocupación, y jugar noches interminables, ver a la sabiduría amarme y cuidarme de día y de noche.

Ser joven es lo más extraordinario que te puede pasar, aún solo sea recordando, aún sea solo en el tiempo inerte, aún sea solo en tu memoria o aún sea solo en las neuronas.

Lo más dulce, delicado e inocente es: la juventud, al ser vista, es ver el tiempo estático, jugando en una cama, una habitación o una sala, porque eres libre de aprender y errar porque eso está bien.

Es saber que jugar es agarrar tiempo y meterselo en los bolsillos, y cuando nos lo piden, sacar polvo y estrellas doradas de esas que te ponen en tus tareas de la escuela.

Sin duda me las he ganado, cuando monte bicicleta con un amigo me gane una estrella pero el polvo me lo gane en la escuela, escuchando a la profesora y compartiendo vivencias, cosas que nunca olvidaré.

Cómo dibuje mi primer árbol en la hoja blanca encima de la mesita, en medio del bullicio del curso, mientras balbuceaba cosas que en realidad no entendía, ví niñas de manera gentil mi tiempo a lo cierto, me engaño otra vez.

Lo más dulce del tiempo; fue el que perdí, de la juventud que añore y de las personas a las cuales no amé, aún así creo con muchas fuerzas y ganas, que el tiempo no camina ni avanza, sino que es lo que aún será al atardecer, un ocaso o un anochecer, que pasa una sola vez, como te pasó a ti, la estrella de la cual nunca dude, que leíste del tiempo sin pensarlo y amaste tu niñez otra vez, y se detuvo el tiempo para siempre.

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