Infraordinario.

El hombre cada mañana despierta, se levanta, pasa al baño se lava las manos y el rostro.  luego sigue a la cocina, enciende el hervidor, saca su jarro predilecto. Y lo más importante de todo destapa la olla donde guarda el pan, saca uno lo abre con el cuchillo cocinero, lo introduce en el tostador.

Mientras el pan sufre el dorado preferido, sirve el té con el agua bien caliente, tres cucharadas de azúcar y bueno a esperar que la tostada esté en su punto para untarle  mantequilla sin  que pierda su textura crujiente.

Todo esto para tomar mi tostada. darle el primer mordisco, sentir como cruje en mi boca, mientras mastíco calmadamente.  Acompaña este movimiento con  un sorbo de té.

  

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