Inhala, exhala, yace imóvil sin pensarlo. Mente y cuerpo separados, libres pero sincronizados. Visiones del pasado vienen y van. El caos reina libremente pero se siente familiar. Mismos rostros, lugares y experiencias ¿Cuánto tiempo ha pasado? Nada parece ser real pero eso lo lleva sin cuidado. Ya ha estado aquí pero no lo puede recordar pues antes de que la razón llegue el mundo se condensa y se empieza desmoronar. Un chirrido intermitente comienza en el fondo sin reparo. Cuerpo y mente se reencuentran, los sentidos han espabilado. “Que vuelva la paz, que cese el ruido” grita en sus adentros. Un breve vistazo del lugar lo devuelve a sus aposentos. Sin embargo ya no hay vuelta atrás, la alarma aun suena y solo él la podrá callar. Con gran letargo se levanta y pone fin a su reinado. “Ya es hora de vivir” se dice desconsolado. Por un instante se detiene y se pregunta “¿Qué he soñado?” pero ya no lo recuerda pues ha logrado despertar.
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