soñador

el rayo de sol cayendo por la abertura de la cortina, a través de la ventana.

el ventanal gélido, en donde se derrite el hielo. 

el hielo;  producto del frio que aterriza de noche, se desvanece,

desde mi escritorio me figuro el helado jardín, 

una taza de café, trémula, sobria; flota en mi escritorio, 

estaba aterrado, no sabia como había llegado a ocurrir eso.

no salí por la puerta, desaparecí, y aparecí en la entrada principal de casa,

fue como si se borrara mi existencia, para luego volver a existir, así de un segundo a otro.

el hielo del exterior se evaporó, a tal punto que congeló la luna.

los cielos celestes eran amarillos, los arboles verdes, eran azules, las personas, eran espectros; el miedo; un vacío dentro del alma lleno de normalidad.

el invierno que se iba, parecía quedarse. Desde fuera de casa, pude ver llegar las aves caminando hasta fuera del patio. 

me acerco a la puerta de entrada, y un espejismo encerrado en un charco de agua, mostraba imágenes de diversos colores mesclados entre si. me desespero, no alcanzo a abrir la puerta, cuando la casa comienza a flotar por los aires. 

emprendo un camino, me muevo como si nada mas pudiera hacer, guardo la convicción de que un día llegare a un lugar. no despierto, aunque quisiera, no levanto la voz para cantar, las aves que caminan conmigo silban sin parar.  

recuerdo los días de antaño, y es como un oasis. 

oasis la capital de utopía, al parecer esta lejos, el fuego comienza a crecer por debajo de la tierra.

mi caminar es rápido; no quiero quemar mis ropas nuevas, pronto estaré seguro, lo sé.

 vuelve el fuego a emerger,  y ya nadie puede librarse, los espectros desaparecen uno a uno.

camino sin esperanza, como si me la hubieran arrancado desde el frio lugar en donde se guarda para uno. miro al cielo, y un ángel color turquesa, me extiende su mano.

todo lo que floto antes de mi, ya estaba en el suelo, sin embargo me mantuve hasta que desperté nuevamente, y por cuarta vez durante la noche.