Natali y su viaje a la libertad. 
III El viaje que aún no he hecho 
Necesitaba emprender el viaje, beber la savia de ese mundo, su libertad, recorrer esos senderos. Mis hijas no podrían ir, y las amaba demasiado para alejarme de ellas.
Golpes marcaban mi cuerpo y mi alma. Corté, corté sin sangrar. Con más fuerza la sangre brotó. No supe más.
Dios dijo en mi sueño, «Nataly, hoy no será, espera que llegue el momento».
De mañana muy temprano
blancas palomas a mi lado
ya me habían rescatado.
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Cuando Él diga tomaré un avión de nubes y bailaré con el viento.
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