El Sendero del Pozo
Paró el viaje en un pequeño pueblo toledano. Su amiga le invitó a pasar unos días, junto con otros miembros de la manada. Hacía mucho que no compartían espacio tiempo, tenían ganas. Pocas hojas quedaban ya en los árboles, y el frío invernal se hacía cada vez más presente. Compartieron comida, recuerdos y muchas risas....