La inusual abuela Ana Teresa «Ita»

La inusual abuela Ana Teresa «Ita»

Lourdes Acosta

12/10/2016

Al hablar de familia siempre hay alguien que marca tu vida, en la mía nadie mejor para ese puesto que mi abuela Ana Teresa, mujer fuerte que en mis treinta años nunca vi llorar, nunca vi hacer galletas o hablar de amor como otras abuelitas dulces, así como lo eran las abuelitas de mis amigas.

Mi abuela Ana Teresa nunca quiso que le dijera abuela porque «ita» como cariñosamente le decía siempre se sentía joven, tuvo un solo hijo con un español muy guapo aunque siempre decía que tener hijos envejecia a las mujeres, que los hijos solo traían problemas y que era muy desagradable cambiar pañales y eso de cierta forma marco mi vida al punto de actualmente tener 30 años y no tener hijos.

Ita siempre tuvo cierto desprecio por lo femenino, lo que consideraba débil, las telenovelas, los hijos, la cocina, porque su padre al momento de ella nacer quería tener un hijo varón, por ser la mayor de 7 hermanos siempre fue tratada como hombre, fuertemente.

Fue Ita quien marcó a la pequeña familia Acosta, corría a las amistades de la casa, tenia una casa llena de pasto y mugre, perros, gallinas y hasta ratas.

Recuerdo una infancia solitaria, donde jugaba sola, donde me caía y mi abuela ita decía: «levantese que usted es más fuerte que eso» donde me enfermaba y ella decía: «levantese de esa cama que Dios dijo hombre, no dijo enfermedad».

Pocos recuerdos tengo gratos de mi infancia con respecto a mi abuela Ita, pero contradictoriamente a lo que muchos piensan yo veía algo más en ella, sus ojos.

Sus ojos eran en

ormes, redondos y negros pero con más brillo que una luna llena en plena noche oscura, llenos de tristeza, fuerza y luz. Nunca había visto unos ojos así.

Me escapaba de la casa de mis padres que estaba en el mismo terreno de la casa de Ita para irme a meter a sus brazos, nunca me sentí más segura que en sus brazos, que aunque el abrazo no era fuerte, era sincero.

Al pasar los años Ita fue cambiando, cedió a recibir visitas, me ayudó a lograr 3 títulos profesionales, ser una mujer segura, una mujer que no cualquier hombre puede tener, una mujer firme en sus decisiones y que no llora por cualquier tontería, capaz de lograr muchas cosas.

Quise siempre llegar a su corazón, quise siempre cambiar esos ojos tristes y que supiera que es y siempre será mi más grande inspiración para ser una gran mujer.

Hoy solo tengo su recuerdo, recuerdo que superó un cáncer en los ovarios, logró tener la mejor casa del barrio, logró superar la muerte de su marido a quien atropelló un camión en la autopista, logró superar a una pareja que la maltrataba, logró ser una mujer sola e integra.

Hoy puedo dar fe de que las mujeres somos seres poderosos, somos únicas, fuertes y cuando flaqueo me pregunto ¿que hubiese hecho Ita?.

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