Estoy a seis poemas de conquistar la cumbre en la pirámide de la idiocia
Detrás de la celosía,un alzacuellos presta sus oídos a la necedad,o, con suerte, los regala.El idiota es, básicamente, idiota.Y amén. Detrás del diván,corbatas o collares atienden, efectivamente, al idiota.O sea, la idiotez se pagay el idiota asciende de nivelabonando su propio idiotismo. Detrás del poemario,ni alzacuellos ni corbatas ni collares,si acaso una soga pendiente de...