La felicidad
Cansado de esperar por ti,
que nunca acabas de llegar,
me he decidido ha crearte
a mi imagen y semejanza,
es decir, con mis mismas cavidades
y protuberancias,
con mis silencios
y mi sombra.
Una vez modelada
voy sacando todo lo que llevo
en mis bolsillos
y poniéndolo sobre su piel:
relojes parados,
miradas perdidas,
besos sostenidos apenas
sobre una gota de lluvia,
habitaciones de luces silenciadas
y paisajes mudos.
Una felicidad a la medida
de mi geografía.
La mirada de las estatuas
Con esos ojos,
que no están vivos
y tampoco conocen
la muerte.
Que la luz no hiere,
ni la oscuridad ciega.
Que todo lo ven
y no dicen nada
(no por sabios
sino por mudos).
Con esos ojos
hay que mirarse
en el espejo:
para que no digan la verdad,
y tampoco mientan.
Mañana
Es curioso, siempre queremos olvidar
algo del pasado,
pero ahora lo que deseamos
desesperadamente
es olvidar
todo el futuro.
No todo está perdido
Desde el mismo momento de nacer
se renuevan mis células,
mis pensamientos,
mi sangre;
crecen huesos y músculos,
barba y uñas,
me crece el descreimiento;
se me cae el pelo,
y la moral;
se mueren las neuronas,
el amor
y la fe;
se me muda la piel
y hasta el tiempo.
Hoy se podría decir que no hay nada
absolutamente nada
que después de tantos años
siga siendo igual.
Sin embargo,
después de mirarte
descubro
que mis ojos
siguen siendo fieles,
más cansados
pero siguen viendo
lo mismo que vieron
por primera vez al mirarte:
no todo está perdido.
Noche de Reyes
Y fue en una Noche de Reyes
que se me presentaron
Melchor, Gaspar y Baltasar,
y me entregaron un secreto:
los padres no existen.
Tantos años
dedicados a una mentira
que ya parecía verdad,
ellos ansían desesperadamente
que alguien crea en ellos
para seguir existiendo.
Y yo necesito seguir fingiendo
para no encontrarme
totalmente perdido.
Y aún más,
tengo miedo
de que el mundo entero se diluya
como azucarillo
en la boca de un camello
si no guardo silencio.
Visita al cementerio
Las garras del tiempo
reptan por el mármol
dejando fechas quebradas
que hieren mi mirada
de olvido y soledad.
El hombre es un fragmento roto
de tiempo.
¿Y si pacientemente reuniéramos
todos esos trozos diseminados
de tiempo
seríamos capaces de recuperar
una sola gota que saciara nuestra sed?
El hombre es un fragmento
roto de tiempo.
Recompondríamos un mosaico
hecho de vidas sin aliento,
sin susurros ya.
Piedra herida
y nada más.
El hombre es un fragmento
roto de tiempo roto.
En lugar de traerme aquí
cuando muera
moled mis huesos
y haced con ellos un reloj
de cenizas,
así seré tiempo
para siempre jamás,
los susurros
ya los pondrá el viento.
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