Rosalía y el Dragón y otros versos

Rosalía y el Dragón y otros versos

Libre

Me dicen que soy libre y no lo entiendo.
Hablan de decisión y no comprendo.
«Libre eres de decidir» dice la gente,
Pero ese concepto escapa de mi mente.

Me levanto y preparó mi café
Mientras oigo noticias en la TV
Y en el diario ejercer del pensamiento
Veo que esta libertad es puro cuento.

¿Ya no hay esclavitud? Eso lo dudo
Debo vestirme, amando estar desnudo
No puedo decidir no trabajar
Pues el sistema me arrastra sin dudar.

Mi sueño de escribir historias y leyendas
Batalla cruel libró contra las cuentas
Pero perdió, Oh! Pobre desgraciado
Y me obligó a vivir de asalariado

Salario que por siempre me esclaviza
Vivo para el patrono y voy a prisa
Gastos, angustias y muy poca risa
Esclavo del patrón y una divisa.

Trabajar tan sólo para pagar,
Pagas para volver a trabajar
No amas, sientes ni ries, sólo cobras
Sólo para vivir entre las sobras.

Quiero amarte y sentirte plenamente
Aunque después me arrastre la corriente
Y si mi libertad fuera a tu lado
¡Pues te amaría libre y arruinado!


Rosalía y el Dragón

Narrador:
Entra, pronta Rosalía
Formando una algarabía
Por un mal que la alborota
Y no la deja dormir
Don Osorio, al esto oír
Sale, raudo y disparado
Un poquito atolondrado
Pues ya estaba por dormir

Rosalía:
Don Osorio Olavarría
¿Tendrá usté la valentía,
De ayudar a esta señora,
Que con toda su alma implora,
De su mano un favorcito,
Que me alivie el Dolorcito?

Narrador:
Con discreción, Rosalía se acerca al oído de Don Osorio y le detalla el “favorcito”.

Don Osorio:
Por supuesto Señorita
Con esta gracia Infinita
Le ayudaré si pudiera
De sus arcas reservar
Tan sólo un par de monedas
Para comida pagar.

‘Ña Clotilda:
¡Ay! Que abuso, ¡que descaro!
Este vil y terco guaro…
Que tiene las bo… luntades.
De cobrar por un favor
Se habrá perdido el honor
Abundan las falsedades.
Ya no queda quien ampare
A una dama en su dolor.

Don Osorio:
Pero es que, no sería nada
Si no fuere complicada
La tarea que me ocupa
En mi deber de varón.
Esta dama colorada,
Hermosa y engalanada
Me pide, como si nada…
¡Ir a enfrentarme a un dragón!

¿Tiene usted cerebro de ave?
Diga en qué cabeza cabe
arriesgar así la vida
En tarea tan tortuosa
sin una buena comida
Y con la vista borrosa.

‘Ña Clotilda
¡Ay no, pues! Ya me cansé
Hablar en versos agota…
Hablemos más bien en prosa
Y acabemos de una vez…

Rosalía: Bueno, ya. Que hablar en verso es más bonito, pero nadie cree en las maravillas del verso antiguo. Voyme pues, a conseguir quien me haga el favorcito.

Don Osorio: ¿Quién ha dicho que yo no se lo haré? Lo único que quiero es saber si comeré. Vayamos pues a ese monte… A buscar ese dragón que no deja a mi hermosa señorita ser…

Narrador: Todos salen… Se escucha un rugido de dragón (pausa, ruge el dragón al fondo…) un grito de damisela en apuros (pausa, grita la damisela) y el grito de héroe diciendo… (Grita el héroe: “¡Muere ya, bribón!”

Me Pides

Me pides que te lo diga
¿para qué lo he de decir?
¿Para qué darte mi vida
Si no la quieres vivir?

Es verdad que lo he sentido
Que está aquí y es verdadero
Es verdad que en cuerpo y mente
Guardé para ti un te quiero.

¡Pero se fue
Se ha marchado!
¡En un suspiro frustrado!
Porque aunque tu me querías no me quisiste querer.

Lo que se,
Lo que ha quedado
Lo tendré por olvidado
Por las cosas que decías
Y que dejé de creer

Me pides «dímelo todo»
Vuelvo a caer a tus pies
Digo, «¡te quiero, ni modo!»
¡Y te marchas otra vez!

Yo era su amigo

Desde el principio lo fui, amigo como esos de antes.
De los que quieres bastantes
Pero hay pocos por ahí.

Por ella fui tolerante
Ella fue dura y distante
Pero yo seguí adelante
Con ella no me rendí

A veces decía te quiero
Pero era con un gotero
Yo lo tomaba ligero
Pensé: simplemente ella es así

Un día casi se tropieza
Yo me lance de cabeza
La salve con gran destreza
Pero fui yo quien caí

Me rompí piernas y dientes
Y ella se fue para siempre
Fui su amigo y confidente
Pero ella, nunca de mi.

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