Aprendiendo a olvidarte (la vida se me atraganta)

Aprendiendo a olvidarte (la vida se me atraganta)

Walden Supertramp

13/09/2019

Anatomía de la melancolía


I

En absurdas salvaciones

trato de curar mi alma

no es que busque dicha calma

inventando mis canciones.

Otras tantas intenciones tuve

mas claras y muy sanas sensaciones

que el tener de ti

lo que de nadie nunca obtuve.

Puedes ver en mis carnes

el dolor del olvido (el olvido).

La ausencia de largas distancias

lo complica un poco más

y la cercanía de nuestras-nuestras vidas

separándose van.

¿Cuantas noches soñaré en ti

y al despertar estarás

en mis primeros pensamientos?

Difícil es saberlo

pero la sombra de lo eterno

pertenece ya a mi cuerpo.

Aquello que tanto quise

se disuelve a fuego lento

… demasiado lento.

Bastos nubarrones caen a nuestras bocas

llenándose de lágrimas

ahogando las palabras,

palabras del olvido

de un falso amor verdadero.

Aquel quien se llamó tu liberador

fue en realidad tu carcelero

enterrando el corazón

llenándote de veneno

ofreciéndote las alas

de un pobre pájaro muerto.

II

Es como si hubiera dado un salto el tiempo.

¿Será amor, será tormento?

III

Y tú que tenías Fuego en los ojos

Y yo que tenía ceniza en el alma.

Y tú que querías jugar la partida

y yo que sin más perdí la baraja.

IV

Cuando tus besos

se queman en mis venas

y el deseo es síntoma de dolor

por mucho que hoy haya Luna llena

mañana volverá a salir el Sol.

V

Recogiendo flores secas

de un mes desflorecido,

cosechando sólidas lágrimas

durante un largo tiempo extinguido.

Simulando tiernas sonrisas

de un precario desacuerdo.

Caminado a dos ruedas,

manteniendo el equilibrio.

Quiero tenerte cerca,

percibir tu respirar.

Cualquier otra cosa carece de sentido.

Ni furioso ni violento,

si no todo lo contrario.

Quiero hacer contigo

lo que hace la primavera a los olivos.

VI

Lejos de una vida que junto a ti soñé,

lejos de una fantasía que eché a perder.

Lejos de tu corazón

siento tu respiración.

Todo me da vueltas

como una escalera de caracol.

Lejos de tu vida pude comprender

que tu amor no se me olvida como yo pensé.

Lejos de tu corazón

siento tu respiración.

Solo puedo oír tu voz

cuando suena el contestador.

Lejos de una sonrisa que me enamoró,

lejos de unos ojitos que solo hay dos.

Fui yo quien te traicionó

fui yo quien te rechazó

y desde entonces me desvelo por las noches.

Fui yo quien te traicionó

fui yo quien te rechazó.

Y eso, eso no.

VII

Sabor amargo en los labios,

dolor asfixiando al corazón,

lágrimas cegando nuestros ojos.

Adiós, qué triste es para los dos.

Sabor a miel entre tus piernas

valor para quererte como ayer.

Yo no sé si tú te acuerdas

pero nos lo pasamos muy bien.

Y no sé hasta cuándo

y puede que me vuelva a equivocar.

Volveré a besar tus labios

y aprenderé a quererte un poquito más.

VIII

Vacío. El mundo está vacío.

¿La vida?

Pasea sin vida dejándose de banalidades,

llegando en bastas formas hasta ríos,

¿desprendidos?

No. Vacíos, ríos vacíos. Cuerpos vacíos.

Bellísima sangre prematura

del turbio olvido,

Tú, que tanto te quejabas,

gritas alabanzas a un Dios desconocido.

Secos, tristes, negros… humedecidos.

Vacío. El mundo está vacío.

IX

Ya no existe el ritmo.

La música, muere por momentos. Contigo, todo lo he perdido. Sólo tristes notas disonantes persiguen mi camino.

Tan sólo tres tristes notas, disonante es mi camino.

X

¿Dónde están los ojos que me hicieron enamorar?

En algún descuido mío se te debieron de secar.

¿Dónde están los ojos que me hicieron enamorar?

Ya nunca los veo, ya no se donde están.

¿Dónde está tu alegría y tu ansia de libertad?

Recuerdo cuando reías y me hacías volar.

¿Dónde está tu energía y tu fuerza de voluntad?

Tienes el alma vieja en un cuerpo sin apenas edad.

¿Dónde están los ojos que me hicieron enamorar?

Tan sólo espero que pronto me vuelvan a cautivar…

La habitación de los recuerdos

I

Por mi vientre atraviesa

un mar a chorro vivo

sin peces, copado de sal, herido.

No hay mensaje ni botella

tan sólo quedó su recuerdo

y una poquita de arena

y en ella, con un palo,

su nombre tatuado

a la altura del tobillo.

II

Una pequeña puerta se abre en mi amargura.

Un grito a la Esperanza un suspiro al corazón.

El dolor de los aviones encubría los silencios.

Esta noche así no ha sido,

los motores no callaban las palabras

y el amor con el que los besos dabas

se veía desde el cielo.

Quiero oír esa canción

la que tu nombre dice

y pedirte perdón

que sin ti estar no puedo.

III

Pasan los días y me vuelvo loco

tu recuerdo me alimenta como el Sol de agosto.

Tantas palabras y aquellos besos

no me cambiaría por ninguno otro.

Batallas jugadas en la calle y el colchón,

sonrisas perdidas por un poco de amor.

Cada cual en su sitio que repase la lección,

terrible castigo para tu corazón.

IV

Y subido a las más triste de las tristezas

me tiro del puente del olvido.

Me encuentro a la Luna llena

y deja que camine con ella.

Que yo no quiero nada más que tu recuerdo,

tu recuerdo me alimenta.

El más glorioso de mis pensamientos

es pensar que estoy vivo.

La habitación del olvido

I

Devorando fantasías

soñando bajo el metro

muerte que caminas

como si fueras libro abierto.

Tranquila, voy despacio

Rambla arriba,

Rambla arriba sin camino

no tengo ninguna prisa

sólo ha de pasar el tiempo.

Vidas que no acaban,

llantos que no llegan

y al final todo termina

en un simple pasatiempo.

Deseando una salida,

un sentido a esta vida

permaneces bloqueado

sin futuro, sin pasado.

Sintiéndote inseguro

te enfrentaste a tu destino,

peleando siempre con todos

encontraste tu tesoro.

Tranquila, voy despacio

Rambla arriba,

Rambla arriba sin camino

no tengo ninguna prisa

sólo ha de cambiar el viento.

III

Soledad! Qué grandiosa eres!

Soledad! ¿Por qué siempre a mí vienes?

Soledad! Me escondes con tu marchita sombra

de grises intenciones

y me entierro.

Me entierro en cuatro frías paredes

que sin querer me comen.

Me comen y me entierran,

me entierran y no crezco.

Pequeño gran ataúd de mi persona.

No pronuncio voz

mas el único sonido que atrapo

es el Silencio.

Silencio callado, cobarde,

Silencio enmohecido.

Y los pensamientos vuelan a través mío

y no logro detenerlos

y no puedo o no quiero.

Solo tú, Soledad

eres tan fuerte para hacerlo.

Hazles callar a todos Soledad!

Haz callar al Silencio.

IV

No tenía ni lugar donde vivir,

ni lugar donde llorar.

En la soledad se refugiaba,

llegando a la más oscura oscuridad.

Deja de llorar por el pasado,

por ese amor perdido,

pues como dice el poeta:

no es el amor quien muere,

si no nosotros.

V

Solo me espera el Silencio.

VI

Ya no recuerdo

lo que era darte un beso.

Ya no recuerdo

oír entre susurros un te quiero.

Ya no me acuerdo

porqué te pierdo.

Sabes que te quiero,

que me pones muy enfermo,

que me caigo por los suelos cuando voy un poco ciego,

que mi vida la daría

por una simple caricia

y que incluso mataría

por un polvo cada día.

Que sin ti no aguantaría esta vida de cobardes

que te quiero dar un beso muy pronto, cuanto antes

que en la calle se desata esta especie de locura

que me des los buenos días aunque sea por ternura.

Sigue habiendo Sol entrando por mi ventana

aunque no es lo mismo porque no estás en mi cama

aguanto a duras penas

y a la gente le sonrío

para no enseñar mi lado más dañino.

Que sin ti no aguantaría esta vida de cobardes

que te quiero dar un beso muy pronto, cuanto antes

que en la calle se desata esta especie de locura

que me des los buenos días aunque sea por ternura.

VII

Se que volveré

a quererte demasiado

porque el peso del pasado

casi ya se me ha olvidado.

VIII

Azul, mi cuarto es azul. Azul, tu lavabo es azul.

Azul como tus ojos,

como mis ojos.

Tantas son las que nos unen

que no recuerdo las que nos separan

y solitario me oculto en la playa

para observar tu mirada.

Azul, mi vida eres tu.

IX

Soñé que soñaba y soñé contigo.

Las estrellas y el Sol en el mismo camino.

Claros tus ojos con transparente mirada.

Por mi boca salía mi alma helada.

Acurrucada como un niño

en improvisado edredón

mis labios ansiaban tu conocido calor.

Me creí con derecho a cambiar tu vida.

Me sentí el dueño de la única verdad.

Quizás para no parecer tan inseguro

quizás para no ser tan inmoral.

Y al final de este paseo he aprendido

y no me volveré a equivocar jamás,

que el mejor amante es sin duda

el que ama con plena libertad.

Soñé que soñaba y soñé contigo.

X

En el todo está la nada,

en la Luna no hay silencio.

Pase lo que pase

por ti me quito el sombrero.

TÚ! Lágrima en una cara que me humedece todo el pelo.

No llores más pequeña flor marchita

que la guerra no ha comenzado

y ya estás del todo seca.

Vacía, gris. Sin aire ni nada.

Si acaso, tú. Espera.

XI

En tu suculenta alma dudosa,

sedosa con color de hielo.

En tu suculenta alma con salsa, a hierro.

Por tu suculenta arma, sin alma… yo muero.

XII

Gritos. Llantos. Desesperación.

Con un sudario me cubrieron y la muerte pude ver.

Con un sudario me enterrasteis y yo anduve por el cielo. Grandioso, enorme…

pero nunca eterno.

XIII

Telarañas en mi mente telarañas en mis ojos.

Los días forman la vida y ésta, un negocio.

Telarañas en mi mente telarañas en mis ojos.

XIV

De sorpresa, mil peldaños!

No quiero caer en la tentación de ser un cáncer melancólico de ilusiones y sueños frustrados.

XV

Vivo inventando algo que hacer,

siempre pensando en el mañana.

Así una y otra vez

los siete días de la semana.

Alguna vez encontraré

algo que me venga en gana

y, por si acaso, vomitaré

antes de irme a la cama.

Todo lo que no te he contado

I

En busca de historias,

de amores perdidos

maldiciendo la Gloria

en lugares podridos.

II

¿Y qué puedo hacer

si mis ojos no te miran como antes?

¿Que se le va a hacer

si me siento una mierda a cada instante?

No se me da bien

buscar amores de cartulina,

voy a enloquecer

si no veo pronto tu sonrisa.

Me masturbo a diario

sin pensar en ti

pero no te engaño

no soy feliz.

III

Te busco por las calles

en las noches de tormenta

y en las frías mañanas

de esta temprana primavera.

A menudo te siento, dormida, a mi lado

y al abrir los ojos te desvaneces,

o te conviertes en lágrimas

que humedecen mi rostro.

Te busco en los besos de unos labios

que no son los tuyos,

en las carnes de cualquier mujer desconocida.

Te busco en el viento y en el silencio.

Pero sólo te encuentro clavada en mi recuerdo.

IV

Agua,

quiero ser como el agua

que riega las flores de tu ventana.

Viento,

quiero ser como el viento que sopla fuerte

y no tiene miedo.

Como el viento

que entra por los rincones sin consentimiento.

Como el viento tímido estoy tendido en el vacío

donde no existe el tiempo.

Me tambaleo,

me fundo en el entorno…

… y desaparezco.

V

Como las vías del metro

vamos en paralelo.

Nuestras vidas las separa

un buen puñado de piedras.

Vivo anclado en el tiempo

y me molesta el silencio.

Me duele tu recuerdo

y donde voy te llevo.

Donde voy te llevo.

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