El despertar

El despertar

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El viento analfabeto me arrancaba espacios donde asentarme

Con esa mofa del desdén

La impertinencia pasajera

Y la llegada de la mañana

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De vuelta a esa isla

De regreso de otra

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Una, la huida, la improvisación, lo salvaje

La otra, esa rendija, ese refugio, esa rama del pasado

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Despierto con el deseo de escapar

Me tienta escribir estas líneas

Un riachuelo seco

Una redención baldía

He de ir a trabajar

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Reencontrarme con lo conocido

Angustiarme por lo que pudiera haber cambiado durante mi ausencia

Avinagrarme con lo que pudiera seguir sin haber mutado

Convencerme de que no seré el único al que le pese

Podré reírme de mí mismo al contemplar esas otras caras lacónicas

Y es solo eso

Un paso

Y después otro

Y otro más

Hasta que en un tiempo indeterminado, vuelva a hacerme a la rutina

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He de cerrar estas líneas o llegaré tarde

Me esperan

¡Qué pena me echo a la espalda con eso de saber que confían en mí!

Cuentan conmigo y eso es una pérdida

Pero también es una victoria íntima poder contar esa derrota

Y de ahí mis diez minutos de ensoñación creativa

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Si no fuera por estos vahídos de escritor que me dedico,

¿sería yo quién iría a trabajar hoy?

¿O todo lo que valoro y en lo que me afano por conseguir

sería diferente?

¿Cómo contribuye este ser ermitaño,

aquí medio escondido,

garabateando al viento lo que me apremian las entrañas,

a mí mismo

y a los que me rodean?

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Un jirón en un block

La petulancia de una sentencia

La seguridad de ser un creador en la intimidad onanista de mi diario de viajes

Y aquí llega otra vez

La ráfaga es ahora mi aliada

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Hoy me lo permito; mañana, no lo sé.