ACCIÓN

Salgo del sueño y salgo al mundo
y a este mundo de hoy no lo conozco.
Solo al sol caliente del invierno

Le miro de frente y alucino
entre los reflejos y destellos
que ciegan mis ojos, aún dormidos.

Paseo por mi casa e investigo
quiénes son los personajes que la habitan.
Cómo están y quiénes son en este día.

Respiro un aire nuevo y lo primero
es saber quien soy, reconocerme,
pensar si quiero estar conmigo.

Otra vez me encuentro aquí, asomada al mundo
y veo sombras que se mueven: mis amigos
en sus mundos, también solos a estas horas.


EL DON DEL HOMBRE

Cómo distingues entre la pasta de palabras
lo que no tiene sentido y qué lo tiene.
No se entienden solo con escucharlas
y es muy fácil perderse en intuiciones
que no tienen que ver con lo que dijo
la voz que nos hablaba o la lectura.

Si en el libro todo queda ahí,
en la voz todo vuela hacia la nada
y atrapamos una frase solamente; o una pausa.

El lenguaje estéril del que nada dice
es el agua que no quita la sed;
es el ruido que ensordece y que molesta.

El lenguaje estéril del que nada dice
corrompe la llave de la humanidad
y maldice el don del hombre: la palabra.

La palabra que nos nombra y que nos llama.
Cada cosa su palabra. Cada cual su nombre.
Mágico nombre, que nombra el universo y al hombre.

La palabra que nos nombra y que nos llama
es la voz de nuestra madre. Imitando con asombro
atrapamos las palabras. Y nombramos, mágico proceso

La palabra con que nombro y con que llamo
todo lo importante de mi vida
es lo único que tengo y no enmudece

El lenguaje estéril del que nada dice
me ha robado la palabra tantas veces…


EL MONSTRUO

Porque aún no he aprendido a darte mi mejor yo
te enfrento al monstruo que ladra con furia…

-no sabe hablar y, en la confusión, su veneno queda encerrado en un rincón inaccesible, hermético, donde guarda el dolor a solas, donde llora, donde a menudo esconde su rabia-

…que ladra con furia y nunca te ataca,
sólo sale de su escondite para estar contigo.


NUESTRO NOMBRE

Somos los héroes de los sueños
que burlan a sus perseguidores
la noche en que sus ojos brillan
buscando sin descanso nuestros cuerpos.

Somos los que llegamos a Cuba
y luego resultó ser otro sitio;
pero el miedo y la amenaza allí seguían
rastreando sin tregua nuestras huellas.

Que persecución, carreras, saltos.
Fue difícil esquivar tantos peligros
pero éramos fuertes, rápidos y audaces.

Ahora apenas podemos recordarlo.
Es de día y es de noche. Ya es de día.
Despertamos y el sueño se deshace
y se olvida intentando recordar
por qué, cómo y cuándo, los lugares…

… y a sorbos de café va retornando
el diario personaje, el de siempre,
una palabra que nos nombra, nuestro nombre,
nada más y nada menos: nuestro nombre


PALOMAS

En la plaza solo hay dos palomas.
Ahora ha llegado el paseante y le imagino una vida a mi medida.
Me imagino mi vida de verdad e imagino que la que le mira soy yo
Y veo lo que he imaginado: un hombre solo.

Ahora hay más palomas picoteando.
Se persiguen y empiezan a llegar más. los palomos, el buche en alto.
Hacen ruidos los niños con sus gritos y sus balones y la paz
se acaba y el paseante se va y antes recoge con cuidado sus cuadernos.

Y la vida que le he imaginado es la suya y la que mira ya no soy yo,
Pues ya no miro nada y qué ha quedado: una mujer sola.


LOS AMANTES

Cuando uno de los amantes se ha marchado,
el otro siempre ocupa su lugar
sobre la huella aún cálida del sueño.

Así parece que no hay ausencia y el hueco queda guardado,
el vacío se abandona al otro lado y ya no hay extrañamiento
retrasando el placer de la nostalgia.


ESCONDIDOS

Estoy a tu lado, tocándote a escondidas
y es emocionante poder ser descubierto,
y ser vulnerable y que te quieran.

No tenemos prisa
por eso el juego es tan placentero

No nos acariciamos
para poder seguir conquistándonos.


GEOGRAFÍA

Es la locura de tu piel planeta
en el que me quedé un minuto-siglo
y del que ya no puedo olvidar nada,
nunca, ni un detalle, la geografía
que quiero recorrer a cada instante.


QUÉ HAGO

Qué hago con la ansiedad de vivir, de morir, de no saber.
Qué hago cuando no me cabe más aire en el pecho y no quiero soltarlo.
Qué hago cuando bebería, comería, chuparía…
Como corre el agua. Como resbala despacio llenando mi boca de saliva
e inundando mis ojos, derramándose…
Y qué hago conmigo, que estoy saboreando el placer que imagino
y se me nota en la cara de boba y los otros sospechando
que todo lo bueno es malo y cuando he perdido el miedo a la locura
asusta mi cara de loca. Conmigo, ¿qué hago?
Al borde de una explosión disimulo sin poder ni suspirar
por las aceras y arrastro mi secreto por las plazas .
Noto en el aire que me roza tu desasosiego.
Qué hago con esta ensoñación que no me deja soñar nada.
¿Qué hago? Tengo prisa para que nada cambie
y sin embargo corro a asegurarme del futuro y sigo viva y vivo
y todos los movimientos me recuerdan al movimiento redondo
y circular de la espiral del sueño y con mis sueños ¿qué hago…?


TAL VEZ

Tal vez llevo toda la vida luchando por ser libre y tal vez, toda la vida, por algo que no quiero. Ser libre es lo más difícil, lo más valiente, lo más romántico y también lo más duro. Ser libre significa tener que decir siempre la verdad y yo miento mucho. Me miento todos los días varias veces, muchas veces.

Tal vez no lucho por ser libre si no por ser feliz, pero a lo mejor para ser feliz también tendré que dejar de mentirme y es difícil buscar un poco de felicidad poniendo todas nuestras verdades delante, en exposición.

Tal vez si no persiguiera todas las grandes utopías, si no quisiera ser una mujer libre, ni tan siquiera feliz, estaría normalmente más contenta.

Tal vez si me dedicará a querer más en vez de trabajar tanto para que me quieran más, ya no mediría los “quereres” y estaría más llena.

Tal vez si no me hiciera tantas preguntas en tinta verde para dar rienda suelta al infantil pensamiento, se serenaría mi mirada sobre las cosas y podría verlas.


USTED

Buenos días, he venido a quererle. Sí, para que se encuentre mejor, para que le guste más la vida ¿no se quejaba de haber estado eternamente solo?

Bueno, aquí estoy, sin haberlo pedido, como un regalo del cielo, ya no tiene que buscar excusas para quedarse en la cama, deprimido.

No se engañe, no espere grandes cosas. Un abrazo en el peor de todos los momentos y que se convierta en un momento más, sin dolor y sin miedo.

No se asuste, soy yo. Tan solo estaba soñando y con mi cuerpo le calmo apretando mi pecho contra su espalda y besando su nuca.

No tema, ya no me iré nunca, y no porque usted se halla ido, ya nada tema,
ya no existe, ayer me dio todo lo que le quedaba de vida.


EL SILENCIO EN LA CIUDAD I

El aire fresco entra con el estruendo de un camión.
Aún no ciega la luz. Busco la sábana y escucho
el alboroto provocativo de las palomas en la azotea
y pasos con prisa de gente subida en sus zapatos.

La calle despierta apresurada, ensordecida
por un zumbido de furgonetas y de personas
que acarrean cosas. De cargas y descargas
de cajas, de botellas, de bombonas, de latas.

El atasco invade con ruidos graves la estridencia
chirriante de algunos carros, cierres y verjas.
Unos hombres discuten, se insultan, se gritan,
se alejan tocando el claxon. Todo se disuelve.

El sol alcanza las aceras y la calzada es lava.
Los viandantes pegados a las paredes buscan
la fila negra de la sombra y van esquivando el aire
ardiente que quema y sale a chorros de los paraísos.

Todos van desapareciendo. Ahora se oye una sola voz.
Se oye lejos y se distingue. Otra voz le contesta.
Las ventanas se van cerrando y las persianas se bajan.
Es lo más parecido al silencio en la ciudad.

EL SILENCIO EN LA CIUDAD II

Los colores de la luz reflejada en las cosas
surgen con la brisa que despierta a la tarde
y agita la calle gris, roja y muerta
Y en los haces de luz ya no flota nada.

Se ha ensombrecido la calle entera,
todo se ahoga en el verano y los silencios.
En la tarde se entornan voces y portazos
hasta la noche que parece fresca por oscura.

Una moto atraviesa una plaza cercana
y sube el temblor del fondo de cada calle
por los pasillos verticales que forman las casas
hacia el cielo, pasando por nuestros balcones.

No hay grillos, ni pájaros, ni estrellas.
Solo un murmullo de avenida se ha colado
en el barrio y rebota buscando la salida.
Es lo más parecido al silencio en la ciudad.


SILENCIO

Si pudiera oír el silencio,
el silencio que me habita,
un silencio hecho de miedo.

Un silencio que nada dice porque está hecho de nada

Si me dejaran silencio
las voces que me ensordecen
a las que añadí mis voces.

De la nada de la que creemos construido el silencio

Un silencio hueco y blando
y un silencio de luz entre
nota y nota de música.

Y el silencio no es solo nada porque el silencio se oye

Si pudiera hacer silencio
salpicado con mis notas
y sonidos preferidos.

Alegre silencio de chicharras , pájaros y grillos.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS