Eres el suspiró.
El suspiró que alimenta mi interior cada mañana.
Fui frágil como una mariposa en tu regazo. mientras me cubrias de la tormenta. Tus brazos son la fortaleza de mi pequeña existencia en este mundo. Me cuidas del enemigo como una bestia queriendose liberar.
Aun no abro mis ojos y ya puedo sentir tus manos rozar mi cilueta, como una hoja que se desprende de un arbol y se marchita con el pasar del tiempo.
Me hablas tan suave que el tono que oigo, es el de un angel acurucandome el oido. Tus dedos tratan de penetrar mi piel como abejas picandome sin parar.
Eres la melodia de un blue a media noche, y con las cortinas abiertas para dejar entrar la luz; esa misma luz que vi al final de mi largo camino. Donde fuimos una sola persona y sentia tu dolor en carne propia.
Un pequeño fragmento, dedicado a mi madre: Eva maria labrin antihuala. Quien esta sufriendo los dolores del cancer.
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