Tic, toc, suena el reloj.

La sirena de alarma comenzó a sonar.

Pregúntame cómo me va.

La agonía de los días contados no me deja disfrutar.

Valiente sé que eres, un ejemplo, pues la vida me diste y compartiste.

Qué difícil es saber que el tiempo se acaba, cuando el tiempo, solo es tiempo y todo tiempo es poco.

Tic, toc, suena el reloj.

Estoy inventando un reloj en mi mente, un reloj de esos que guardan tiempo eterno, tiempo de alegría, enfados, caricias, castigos, besos con tu bigote de escoba, un abrazo el día de tu cumple, un reloj eterno, hasta el último de mis días.

Tic, toc, suena el reloj.

He pensado por esta vez quitarle las pilas… Que el tiempo marque su propio tiempo.

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