Me siento a escribir

sin saber qué decir,
el tiempo transcurre
yo quiero vivir.
En esa monotonía
tan cruel y absurda,
mi búsqueda intensa
en pos de un motivo
es inútil.

Los días se suceden
vacíos, sin piedad,
no sé qué me guía
no sé a dónde ir.
Ya no tengo prisa
y quiero vivir.

No importa el porqué,
quizás sea yo
pero en este desamparo
de soledad y desamor,
es difícil encontrar
la causa, la razón.

Mi corazón se ha dormido,
late por no cesar,
sigo existiendo
por no saber escapar.
Rutina y silencio
señalan mi ruta
en esta vida sin rumbo,
sin causa, sin fin,
en la que el tiempo es dueño
y verdad es no sentir.

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