¿Cómo admitiré tu partida?

Hay momentos que simplemente no tienen salida, no tienen solución ¡me gustaría conocer la verdadera vida!

No, no es lo que pasamos; es el recuerdo, la ausencia, tu esencia que aún está ahí. Mi vida es el vacío de un nada desperdiciado, dónde no sé en qué momento acepté la verdad, ¡qué ya no estás!

Llego billones de pétalos rojos y suaves para aliviar ¿pero realmente me ayuda en algo? Duele, duele perder a un ser, saber que ya no volverás, ¿ahora con quien jugaré, con quien pelearé? Es injusto el destino que se idealiza en otra dimensión; donde se sumerge al mar del miedo cuando se camina al horror de la noche dónde llega y se aprovecha el mal para atacar al inocente. Es válido el daño inconsciente para un ser humano, donde se daña a un alma y maldicen el camino.

Quise imitar al ave para volar alto muy alto pero recordé que ella tenía su propio don, quise navegar bajo el mar como un pez pero vi que no tenía el mismo valor; quería entregarme a la verdadera poesía, donde ilumina al culto e inculto y enamora sin ningún sentido, a una escritura donde la pasión es incontrolable.

Recordé que no se puede ir al pasado, ahora lo sé, no se puede dar vida a quien su destino ya es tallado.

Llegó el momento de afrontar la verdad que te extraño…

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