Exánime, descalzo,

dejé la piel en el camino.

Llegas a mí desfalleciendo,

me robas el aire

y te vas,

muerta como yo, pero contigo;

mis manos,

sin nada qué dar, ni dónde asirse.

Nada que arrastra y avasalla,

vacío que oscurece,

alarma, inminencia,

muerte.

Mi lámpara no esperó al ocaso.

Me quedé sin mí

débil,

muerto.

Te fuiste.

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