Escribir un poema con límites y parámetros, con versos coherentes para mentes inocentes. Buscar una fluidez que guste a los niños, ¿Qué poema es el que hago? Si doy gusto en vez de buscarme.
Tal vez yo soy el erróneo , tal vez poesía no es esto ni aquello, quizá ni yo soy poesía. Escasos los momentos en que rimo y contadas las veces en que me han leído.
La poesía ha muerto, se ha vuelto en puro romanticismo, olvidando a los autores que lloraron en sus escritos, ¿Qué poema es el que hago si no logro rimar?
¿Tomárselo tan apecho? Si tan solo es un trabajo más, ¿Por qué no ser como los demás? que solo dedican versos a amantes amargos y lejanos, no como yo que espero que alguien lea esto y diga «¡Qué mal está! Le faltó rimar».
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