Caminando por las calles de Lima, capital del Perú, recién llegada de una provincia ubicada al norte, viendo los grandes edificios construidos y yo sola con mi pequeña maleta a la mano, quedo sorprendida de tanta maravilla.

Hace mucho tiempo de eso.

Esas calles a las que veía grandes y muy transitadas, con carros de todos los modelos, calles donde transitaba gente de todas las razas.

Calles que en época de navidad estaban iluminadas con luces, con niños corriendo alrededor de los ambulantes ordenados que vendían esos juguetes que salían solo una vez al año.

Que maravilla, podías transitar sin que nadie te robe, sin que nadie te maltrate, con los responsables del orden ubicados estratégicamente, controlando que todo marche bien.

Todo era lleno de música, con parlantes que hacían notar que venia la navidad.

Hace mucho tiempo de eso.

Esas calles donde la gente te saludaba al pasar y los caballeros te cedían el paso para que puedas caminar sin peligro.

Las calles de Lima que en la misma noche de navidad abrigaba a la gente que salía de la misa del gallo, esas calles donde a las 12 en punto comenzaba a verse los juegos artificiales.

Hace mucho tiempo de eso

Todo hoy es tan diferente.

Ya no hay esos niños corriendo por las calles, ya no están llenas de gente con ambulantes ordenados vendiendo juguetes, con damas bien vestidas saliendo de la misa del gallo, con el sonido de los juegos artificiales, ya no existe nada de eso, las calles de Lima lucen ahora congestionadas con tantos autos que van en desorden, con contaminación por los mismos, con gente que ya no camina lento sino apurado por el miedo a los asaltos, los mismos que no tienen control.

Esas calles con mucho mas responsables del orden que ya no pueden controlar nada y que mas bien compiten por una esquina para poder justificar un sueldo.

La Lima de hoy se cae a pedazos y nadie hace nada por detenerlo.

Cuidemos nuestras calles, por ellas transitamos hoy, por ellas transitarán nuestros hijos, nuestros nietos, por esas calles transitaron los que nos dieron la vida.

Maricela Fer.

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