Aunque todo resbale

En aquel día iré al paso de esta canción, (Canta canción) Where the wild roses grow. En aquel día buscaré silencio. Será al amanecer del domingo. Pensaré en ella. Siempre en ella. Y por momentos la sentiré detrás de mí, hurgándome la espalda con sus uñas. Y olfatearé su rastro. Y no me dejará mover ni una mano. Ni un pensamiento. Toda yo estaré ahí olfateándole el rastro. Totalmente. La encontraré. Le besaré la boca. Hablaremos del silencio, como siempre. Y la aguja haciendo sonar la canción. Y la canción girando en el tornamesa. Y sus palabras. Y en aquel día no me podré mover. Ni una mano, ni un pensamiento. Esperará un minuto, dos, tres. Y dirá, me voy. Y pondrá a sonar de nuevo la canción. De nuevo esa canción. En aquel día el silencio se hará más profundo: preguntará desde la puerta, antes de cerrar ¿silencio? está sonando la canción, ¿la escuchas? ¿No? Pondrá sus palabras al viento. Al aire. Quebrará cualquier noción filosófica del vació. Y en ese río quieto de mis pensamientos moveré unas palabras y le diré sin hablar: este silencio no se llena con nada, mi amor. Y en aquel día moveré mis manos. Con la derecha la despediré. Con la izquierda apretaré el gatillo. La bala entre sus hermosos ojos negros.