Era una noche oscura del mes de diciembre, caminaba con rumbo a mi hogar. Al levantar la mirada, observé un joven unos pasos adelante, avancé ansioso por llegar a casa, estaba cansado, había sido un día largo.
Sin embargo, algo llamó mi atención detrás de mi, por lo que decidí voltear. Inesperadamente no había nada, me asombré por un momento, pero no sin importancia, habitualmente, días antes ocurrió lo mismo.
Fueron simples segundos los que utilicé para voltear, que cuando regresó mi mirada al frente, el hombre que iba delante de mi había desaparecido. Jamás supe si se escondió en un lugar, si quizá doblo en alguna calle, pero justamente en ese momento no había nadie por donde caminaba.
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