Introducción : Desde la Maquina

Introducción : Desde la Maquina

Cipriano Albaran

31/01/2018

No sé qué pase por tu cabeza, pero me di cuenta de que tengo el mismo problema, estábamos tan acostumbrados a tener a una persona al lado entre nuestros brazos haciendo que nos olvidemos de todo y al momento de que esa persona ya no está, de regresar a cuando sentimos esa sensación de olvidarnos de todo es cuando peor nos sentimos porqué nos entregamos a esa misma sensación, pero ya no se siente igual…

Lo que antes nos elevaba ahora nos hunde en un abismo oscuro del cual parece jamás haber salida. Nos encontramos sumergidos en las tinieblas del abandono repasando imágenes en nuestra cabeza de momentos más felices. Gritas su nombre esperando a que ese alguien asome la cabeza por el hoyo donde estas y te saque de ahí. Pero esa persona nunca llega, nadie se fija para ver si estás bien, tus tibias lágrimas brotan sin cesar y se vuelven tan frías que parecen cortar la piel. Sientes que el agujero es más profundo y angosto como en cuanto pasan los días, meses …. empieza lo peor.

Empiezan los espejismos, esos momentos en que nos permitimos ver a otros dispuestos a rescatarnos de nuestra miseria, extender su brazo y tomarnos para poder salir.

Pero nuestro peso es tan grande que solamente podemos lastimar y ahuyentar a esas apariciones …. seguimos en nuestro hundimiento inmersos en una adquirida locura, aparición tras aparición, pero ninguno puede sacarte por qué estás esperando a que ese alguien manifieste su rostro por el mismo borde que has estado viendo todo este tiempo.

Paso tanto en el espacio entre un nosotros al estar sólo tú, la zanja se volvió tu hogar, tu guarida, ya no estás seguro si las memorias en tu cabeza pasarán tal cual las recuerdas ahora, las voces afuera del agujero se hacen cada día más silenciosas e incomprensibles.

Ya no es tu misma piel , o el mismo brillo en tus ojos, tu pelo es diferente y tus manos llenas de cicatrices por todas las lágrimas que las penetraron al tratar de no olvidar a esa persona que amaste tanto , es momento , momento de salir, sabes que nadie te va a escuchar , empiezas a escalar, las yemas de tus dedos y las plantas de tus pies se lastiman pero no es tan malo , los bordes filosos de las paredes de tu abismo son sólo peldaños que aunque duelen y son muy incómodos de escalar no es una sensación que no estés dispuesto a soportar. Entiendes que todo el sufrimiento que pasaste te preparo para esto, pero no es suficiente, el agujero aún es muy profundo resbalas y tratas de aferrarte a cualquier cosa que puedas mientras tus uñas se desprenden de tu carne y la fatiga se apodera de tu alma. Alguien se asoma en el borde de tu abismo, pero es quien menos te esperabas, tu sorpresa al ver su rostro te acongoja, le reconoces, pero es muy diferente a como lo recuerdas, no crees para nada en que la persona que miras frente a ti no es más que el nuevo tu que te espera en el mundo de los vivos. La única persona que puede sacarte de ese agujero.

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