Un viaje de cincuenta años

Un viaje de cincuenta años

Ruben Ielmini

31/08/2018

Siete de la mañana, instalado en el hotel, buen baño y a descansar. ¿Descansar?palabra prohibida, las pocas horas de estadía, no alcanzaban para verlo todo.

Me senté en el banco de la plaza; edificios altos ocupan el lugar de las viejas casas y del cine, el de los martes tres por un peso.

¿Recordando viejos tiempos?.

No distinguía bien por la luz del sol, eran tres siluetas; me acomodé los lentes y pregunto.

-¿Perdón nos conocemos?.

El mas corpulento mira a los otros dos.

-¡Ja ja ja…mira lo que pregunta el boludo!

-¡Fuimos compañeros de secundaria y ahora no nos conoces!.

Me levanto del banco, los miro con más atención, y ahí estaban, eran ellos…Pedro, Fabián y Eduardo mis compañeros de banco, Pedro y Fabián se sentaban juntos atrás nuestro, y en el banco de adelante Eduardo y yo; la emoción pudo mas, les iba a dar un abrazo y Fabián salta

-¡No, sin tocar! Los tres tenemos un código, cuando nos encontramos con algún conocido, sin abrazo y sin estrechar la mano, solo es saludo

-La verdad, tenes razón Fabián esa no la hubiera pensado.

¿Y que fue de tu vida? Te fuiste hace mucho buscando nuevos rumbos. ¿Adónde aterrizaste?

-En Mar del Plata, fui a una empresa por quince días; y me quede ahi; pasaron treinta años ¿Y ustedes cómo están?.

Me miraron y se miraron.

-Vos no sabes nada de nosotros, digo, como te fuiste, nunca más se te vio por acá

-Y no, no volví, pasaron tantas cosas, buenas y de las otras, trato de quedarme solo con las buenas.

Ah! Entonces viniste por la cena de los cincuenta años.

-Claro, Mariana me dijo por face que se reunían y vine. Pedro me pregunta

¿Perdón pero, no entendí…por ¿Qué cosa te dijo Mariana?

-Por el Face, el Facebook.

Ah! Si claro el Facebook.

Los tres se miraron con ironía.

-Es el progreso che; nosotros tres, nos quedamos en la época del correo.

-¡Y del teléfono a disco ja ja ja!.

-¡Y del telegrama y el Fax!….

Los tres sonrieron; yo no entendía, y sonreí para no quedar desencajado, se sentaron en el banco y recordamos la secundaria, la profe de música, aquel fatídico examen de educación democrática; la mayoría aplazados, la disección del sapo en historia natural, el esqueleto de la sala de ciencias con un cigarro entre los dientes y la otra mano puesta en el entrepiernas, hasta que nos vio la Vice, ligamos cinco amonestaciones.

Pedro se levanta

-Bueno gente; me voy, mañana sábado seguro que viene mi hija a contarme como le fue a los nietos en la colonia.

-Ah tenes una nieta.

-Tres,de cinco, siete y doce años

Fabián también se levanta

-Espera que voy yo también mañana viene el que arregla el cantero, está un poco descuidado, y le hace falta un cambio de flores y algo de pintura también.

Eduardo agrega

-Bueno ya que se van, los acompaño, vinimos tres, y nos vamos los tres, mañana es mi cumpleaños; y en una de esas me vienen a saludar temprano.

-¡Ah bueno si no te veo ¡Feliz Cumpleaños!

-Gracias amigo y ex compañero fue un gusto verte, espero que no pasen otros cincuenta años para que nos encontremos.

-Pero ¿No van a ir esta noche a la cena de la promoción 65?

-Los tres se miraron con cierta ironía

-No amigo, no.

-Ni yo…

-Yo tampoco.

Igual estaremos presente, siempre lo estamos.

-No te entiendo Pedro… ¿Por qué me decís eso?…

Pedro vuelve junto a Fabián y Eduardo, me mira y levanta su dedo pulgar en señal de suerte.

-Que disfrutes de la cena amigo, y saluda a todos los chicos de la promoción.

Los tres,se alejaban por Lavalle hasta perderse. Esa noche nos reunimos los compañeros de la promoción, bailamos, cantamos temas de los sesenta. Nos homenajeamos con la canción del estudiante, después las fotos, ahi recordé la charla en la plaza.

-¿A que no saben con quién estuve hoy a la tarde? están igualitos como si el tiempo no hubiera pasado.

-¿Con quién estuviste?

-Con el gordo Pedro Vasani, Fabián Landeri, y Eduardo Catrani.¿Se acuerdan de ellos?, no podían venir y les mandan saludos.

Tito y Cesar se miraron sorprendidos.

-¿Vos te fumaste algún yuyo raro antes de venir a la cena?

-¡No! que me decís ¿por?

Se volvieron a mirar

-Pedro, Fabián y Eduardo están muertos ¿Adónde los viste?

-En la plaza… conversamos un largo rato ¡Vamos che, no me jodan!

-No te estoy jodiendo; seguro que te dormiste en la plaza; solo fue un sueño; mañana hacen una misa en recordación y después le llevamos flores si querés venir, te pasamos a buscar.

Al otro día a las diez después de la misa, fuimos al cementerio con un grupo de compañeros recorrimos las sepulturas, en la de Pedro había una mujer…Tito me dice

-Esa es la hija de Pedro, viene a traerle flores, hay quienes dicen que le habla al padre.

En la tumba de Fabián un hombre estaba pintando con cal la cruz y las paredes laterales del cantero, adentro había plantines con flores nuevas, y en la de Eduardo, cuatro personas depositaban flores, eran los hijos y nietos, justamente hoy cumpliría setenta años…exactamente lo que me dijeron los tres en la plaza el día de anterior

El remise que me llevaba al parador, pasaba debajo del arco del Rotary que me despedía como el ultimo habitante de Campana, mire por la luneta como dejaba atrás cincuenta años de una inolvidable cena de promoción y cincuenta años de esa charla de plaza. No sé si ese encuentro fue real no sé si lo soñé, o fue producto de mi imaginación, pero estuve con ellos, los vi, los escuché, y disfrute de aquel momento con esos amigos de siempre.

(A Cacho Buzzini, Jorge Garrido y Carlitos Campello… y a todos los compañeros de la promoción 65, que se fueron de gira)

Fin

Agosto 31 de 2018.

Ruben Ielmini

ISBN:978-987-3657-22-1

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