Eso es…
Aquellos días
no fueron olvidados
fueron unidos por el mismo cielo.
Aborde el mar de la esperanza
que un día sin querer encontraron mi rumbo
me enseño que era prosa…
Entonces ya no había tinieblas
ni vastos agrios colores insanos
valió la pena esperar como quien
novia en el acto…
Sigilosa aprendí a cantar al amor
a la vida misma, al dolor
encuentros fugaces fueron, distantes.
para mi fueron eternos
clave exacta que abrió mis sentidos.
Ahora canto a la vida y también a la poesía…
Gracias al destino
por dejarme en su camino
los versos fluyen
y recorren como niños
no hay fronteras ni tristes barreras
que impidan poder alzar mi vuelo infinito…
Las luciérnagas me alagan
por qué ahora he de cantar
bailo al compás de un soneto casi perfecto
usted mi maestro yo aprendiz…
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