Para muchos los viajes que suelen hacer son durante un periodo determinado de tiempo, pero para mi ha sido diferente. Permítanme contarles.
Todo comenzó tan solo un año después de haber llegado, quizás todo sigue muy borroso en mi memoria pero recuerdo perfectamente que, estando en ese hospital creí que mi viaje había acabado sin realmente haber comenzado. Escuchar que mi páncreas no funcionaba y que dependería toda mi vida de inyecciones y pasaría mucho tiempo en hospitales me hizo sentir que este recorrido no tenía sentido.
Pero aquí estoy quince años después descubriendo cada estación del tren en el que sigo emprendiendo mi viaje, que aún no ha llegado a su fin. Permitiendo que pudiese bajar en cada etapa y descubrir el propósito que tuvo esta noticia en el desarrollo de todo lo que soy, lo que hago y lo que me falta por crecer y aprender.
Sin duda esta soy yo una persona imperfecta y llena de miedos desde hace mucho, pero también una que ha decidido permitirse disfrutar al máximo todos los conocimientos de cada estación.
Así son los viajes sabemos cuando y donde comienzan, pero no cuando y donde acaban.
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