«El Marqués de Comillas» ¡qué nombre tan ostentoso para un barco tan viejo y feo. Otra travesía desde Maiquetía a Vigo, una más. La verdad ya me siento como en casa en estos artefactos, si hubiese nacido hombre seguramente hubiera sido capitán de barco.
Esta vez el viaje es más complicado, acompaño a mi madre embarazada que se niega a tener su hijo en Venezuela y con una «panza» de ocho meses y una pequeña cuidadora de 7 años (yo) se lanza a una travesía de 15 días en un camarote de segunda en el que los olores no son lo más agradable en su estado.
-Ahí viene el vómito- hija- ve por favor a la cocina y compra unos refrescos que me calmen el estómago.
Con una botella de refresco en cada mano corro por cubierta al reencuentro de la embarazada justo en uno de los momentos en que la nave se inclina peligrosamente y me arrastra hacia la baranda ¡pero no suelto los refrescos! antes muerta que quedarle mal a la madre.
Aquí estoy, salvada por la falda y no «por los pelos». ¡Oportuno marino!
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