Abro la ventanilla del coche y saco el brazo afuera apoyando mi cabeza sobre él. Cierro los ojos y suspiro lentamente intentando relajarme. Pienso en lo que acabo de hacer y no sé exactamente como sentirme.

Me llamo Petra, decidí irme de casa dejando una simple nota: «Me voy a ser feliz. No me busquéis». Cogí mi bolso, el cargador y unos cuantos libros en la mano y abandoné mi casa a las 4 de la madrugada, dejando a mis padres durmiendo. ¿Que por qué me fui? Porque no podía más, quería ser libre y vivir mi vida de una vez. Estaba atada por la cultura tan recta en la que me era obligada estar. Yo no estaba de acuerdo y decidí emprender mi viaje dejando todo atrás.

-¡Hey Petra! Te vas a quedar sin cabeza, te estas durmiendo. ¡Échate hacía atras anda!- Me dice Alice, ella era mi amiga pero por circunstacias de la vida nos separaron y estuvimos 2 años sin saber la una de la otra. Volvimos a retomar el contacto y nos dimos cuenta que lo nuestro no era una simple amistad, si no, amor. La miro y sonrío.

Saco el brazo de la ventanilla y me acuesto cómodamente hacia atrás. Mirando hacia mi derecha puedo ver un lago con una familia de patos. Es una imagen que me llena de paz y me tranquiliza los nervios todavía acumulados. Perdida en mis pensamientos y con esa sensación de paz me quedo dormida.

No sé cuanto tiempo a pasado pero me despierta Alice, está agotada porque lleva horas conduciendo. Me da la mano para que baje del coche y lo que veo me hace abrir la boca.

Un campo lleno de flores multicolor de colores vivos; rojos, amarillos, violetas, naranjas… Todo de distintas tonalidades. Es simplemente maravilloso.

-¿Te gusta?- Me dice Alice con una gran sonrisa mientras me rodea con sus brazos y apoya su cabeza en mi hombro izquierdo. -Es mágico- digo. Alice me suelta y se pone delante de mí cogiéndome las manos.

-Este es el verdadero significado de viajar, encontrar lugares que te hacen sentir. Que te dejan con la boca abierta y que te hacen pensar.-Me dice Alice.

-¿Dónde vamos a ir? Digo sonriendo. Quiero ver más sitios así. Siento que viajando soy libre, me encuentro a mi misma. Siento que vuelvo a nacer. Alice me pone el dedo índice en la boca y me dice: -Vamos a descubrir el mundo juntas, sin rumbo. Solo viajar. Vamos a ser libres, vamos a buscar rincones mágicos como este. La verdadera magia de viajar también está en compartirla con quien más quieres.- Le doy la mano a Alice y nos dirigimos hacia el coche.

-¿Sabes? este es mi renacimiento- digo feliz, pensando en los lugares increíbles y las aventuras que nos esperan y están por venir.

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