Perú y su hermano de libertad

Cuando sobrevolaba la ciudad de Lima se extrañó al ver una gran nube delgada que la cubría, un limeño le dijo que siempre era así, al bajar a tierra y mirar al cielo solo veía blanco, nada parecido a las nubes móviles en el cielo azul de su tierra tropical, tampoco llovía, esta era una cultura antiquísima que se había criado en el desierto, nadie rezaba por la sequía como sí lo hacían en su tierra cuando llevaban si acaso un mes de no llover.

Todos los días salían hombres y mujeres a echar agua con baldes para lavar los portales de los negocios y limpiar las marcas territoriales de hombres y animales dejando el consabido olor desagradable, en su tierra llovía tanto que no había necesidad de esto, la madre naturaleza se encargaba de la limpieza.

Perú tiene 2 estaciones, invierno donde se baja la temperatura casi a 0 grados sin nevar y el verano donde sube la temperatura pero afloja la lluvia, contrario, a su hermano de libertad lo que se conoce como invierno es ver llover mañana, tarde y noche, causando derrumbes, inundaciones y un rosario de plegarias para que cese lo que con otro tanto rogaron para que llegase cuando el verano arreciaba.

La comida del Perú siendo una de las mas reconocidas del mundo consiste en preparar seres del mar, pescados y langostinos y toda la variedad de sus frutos y la papa originaria y el delicioso maíz que se cocina de diferentes maneras, una variedad morada sirve para preparar la chicha morada, deliciosa bebida refrescante que quiso imitar al regresar a su casa, pero definitivamente por la falta de genética Inca sólo pudo obtener una simple agua morada con sabor a canela y limón.

Perú siendo hermano de libertad de su país, es tan diferente en paisajes, costumbres y climas, que le asombró tener tan cerca las Dunas en Ica, poderosas montañas de arena que sólo creía existían allá en el lejano continente africano y había visto en lustrosas fotografías rodeadas de pirámides y camellos, las Líneas de Nazca, vestigio incomprensible sobre el por qué los ancestros milenarios hicieron semejante trabajo que han dado pie a historias de extraterrestres que se conformaron con ver animalitos dibujados en la tierra y el lenguaje originario Quechua, como la segunda lengua del país, mas por su clima tan pasivo la geografía peruana en el transcurso de los milenios pocos cambios ha tenido.

Contrasta su hermano con la gran variedad de árboles gigantes, arbustos con sus frutos y flores que se encuentran al recorrerlo, alimentados por la lluvia que cae del cielo casi que con horario y como si no hubiera llegado la ciencia que explicase tal fenómeno, se sigue agradeciendo que San Pedro mantiene abierta las llaves del cielo. Teniendo 2 mares no es la pesca el principal ítem de la economía, las montañas adobadas por las erupciones volcánicas de miles de años atrás, dan para una buena siembra de café, maíz, arroz y otras cositas.

Por idioma nacional sólo reconoce uno, el traído por los conquistadores, algunas pequeñas comunidades originarias sobrevivientes conservan dialectos que lo hablan con orgullo para diferenciarse del resto de los mestizos. La geografía de su país de origen es como el rostro de un viejo muy arrugado, surcos, montañas y valles por donde corren de sur a norte 2 ríos principales, uno llamado el río Magdalena, nombre femenino que evoca las lágrimas de este personaje bíblico y como si fuera una karma, muchas lágrimas los territorios aledaños han derramado.

Perú y su hermano de libertad, cada uno tan distinto en su estructura y estilo de vida, tan cercanos para maravillarse con la selva y el desierto, la sequía y la lluvia, el cielo azul y las nubes opacas, los ojos claros y los oscuros, los colores de los alimentos y las muchas frutas que se podría comer una diferente cada día del año, ver un país con los ojos presentes y la mente recordando lo vivido en el propio, para entender porque las fronteras existen, para tener la disculpa de salir de esa línea imaginaria y sentir la pertenencia a un territorio al que se regresa, pero con la añoranza de salir de nuevo.