San Pedro hoy está muy ocupado, Dios le ha ordenado que busque almas que en el siglo pasado destacaron por hacer cosas sorprendentes y buenas que las quiere mandar a la tierra, cada una al país de donde procede. Se le está desmadrando el mundo, se le va de las manos a ver si se les ocurre algo y pueden poner orden entre los humanos.
San Pedro va de nube en nube buscando y al primero que encuentra es a Ramón y Cajal, ahí está, ensimismado en sus elucubraciones, le llama por su nombre y le dice: _ Santiago, prepárate, Dios quiere que vuelvas al mundo, coge tu ropa con la que llegaste y en un rato vuelvo por ti, Dios quiere que vayas a Madrid al hospital clínico. Es un gran hospital Universitario y quiere que les eches una mano en la investigación contra el cáncer. Los españoles han hecho recortes en el presupuesto en sanidad y ha pensado en ti para sacarles del atolladero.
A Santiago no le apetece volver al mundo, está contento rodeado de tantas almas buenas y recuerda su paso por él, mucho trabajo y sinsabores. Con escasos medios descubrió la estructura del sistema nervioso que le valió el premio Nobel, cree que ya cumplió, pero si Dios lo manda, no le queda otro remedio.
Busca sus cosas, se encuentra raro y cuando se quiere dar cuenta está en Madrid, en la calle Princesa, en un edificio moderno con un letrero enorme que pone El Corte Ingles. Santiago se encuentra mareado hay mucha gente que le miran extrañados, trata de sobreponerse y decide entrar. Todo son libros, echa una ojeada, no conoce a ningún autor, ve uno que dice biografía de Belén Esteban, se pregunta ¿Quién será?, hay otro que todo el mundo compra Patria de un tal Aramburu y así se va fijando, todo es nuevo para él y se pregunta: _ ¿Dónde está el hospital? Toda la gente le mira, van vestidos raros y se siente diferente, se da cuenta que él pertenece a otra época, al siglo pasado.
Un vendedor se le acerca y le pregunta si le puede atender, él no sabe que responder, da las gracias. Se encuentra muy despistado, pero sigue hacia delante y de repente las escaleras mecánicas, que artilugio más raro, observa que está subiendo sin hacer el menor esfuerzo. Otro piso le espera, hay más gente que le miran extrañados. Una señorita se le acerca, le da los buenos días y le ofrece una taza de café. Acepta y la señorita le pregunta si conoce la maquina Expreso. No sabe que responder pero ella sigue hablando de las ventajas de la maquina y le dice si tiene tarjeta del Corte Inglés y le habla de formas de pago. Santiago se siente aturdido y trata de zafarse, le da las gracias por el café. La verdad es que le sabe a gloria y le ha venido muy bien. Sigue hacia delante.
Un niño se tropieza con él y le dice a su madre: _“mira que señor tan raro” la madre le dice: _deben estar rodando un anuncio y Santiago se da cuenta que su ropa es diferente y que está llamando la atención…Ahora se encuentra en la sección de electrodoméstico y llama su curiosidad tanto artilugio ¿para que servirán? y luego los ordenadores y unos chavales juegan con unos aparatos muy raros, está en la sección de electrónica y él se acuerda de su microscopio… Le parece un mundo de locos y se empieza a poner nervioso; solo quiere salir de ahí. Hay mucha gente, llevan bolsas, paquetes y de repente oye la voz de San Pedro que le pide disculpas por haberlo dejado allí. Calculó mal las coordenadas y le aterrizó en ese lugar, los santos también se equivocan y Santiago le pide que le saque de ese sitio infernal donde el consumismo le desborda y no puede más, quiere volver al cielo y enfadado grita:_ ¡esto no lo arregla ni Dios! y San Pedro le pide paciencia y trata de calmarlo. Mira las coordenadas para colocarlo en el Hospital, es ahí donde tiene que estar, si Dios se da cuenta le “armara la de dios es Cristo”.
Mientras por los altavoces una voz, que se oye por todos los sitios, dice: _Sr García, acuda a la 5ª planta y luego una señorita con voz suave habla de una gran promoción. Sigue en las escaleras, llega a la sexta planta, Santiago observa unas mujeres en la sección de señoras, disimuladamente se pone el monóculo para verlas mejor, le parecen muy delgadas, están estáticas y medio desnudas, _ ¿estarán enfermas? Se pregunta; no son su tipo…
San Pedro trata de resolver este desaguisado, repasa sus notas, hace cálculos y más cálculos, que mal se le da… en el cielo no hay ordenadores, todo es artesanal y Santiago piensa lo a gusto que está en el Más Allá.
Madrid, 15 de junio 2017
Dedicado: a la investigación para que se invierta más
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