Carrizo era exageradamente tecnovital y preciso en su expresión. Me pidió que le acompañara al borde del acantilado Kurzweil. Se irguió, oteó el horizonte, se colocó el casco de realidad aumentada y se dejó morir repentinamente en el límite. Finalmente, sonrió.
III Concurso de Relato Breve "El dios Tecnología"
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