«Y fue allí donde ese pequeño niño se perdió por primera vez en la espesura de sus pensamientos. Cayó en la profundidad y comprendió, eufórico, la belleza de la creatividad humana. Pasó horas sentado, estático frente a aquella puerta, dejando que las ideas y preguntas fluyeran por su mente como ríos desbordados llenos de cascadas y rápidos que conducían a pensamientos peligrosos. El camino de la creatividad es duro e inestable, se debe poner mente y alma en cada paso para alcanzar ese tan ansiado final perfecto, pero no es un final perfecto lo que necesitamos. Por que ¿Que diversión hay en crear algo nuevo, si no es la propia creación?»
Aún recuerdo cuando me contaste tu historia, como, en aquel entonces, no logre comprender del todo tus palabras. Pero ahora, delante de la misma puerta de tus historias y maravillas, lo entiendo.
«¿A donde llevará?, ¿Un mundo donde el cielo esta hecho de cristal y los animales hablan?» Las posibilidades son infinitas.
Lo hermoso y divertido de la creación no es el resultado de ella, si no el camino que recorremos para alcanzarlo.
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