Te dedico esta postal, pues en ella aprecio tu imagen, esas Palmas esbeltas y alegres, en esa columna fuerte y segura, en ese sol brillante como el de Cuba, pero en especial por ese esbelto Gallo, que canta melodiosamente asombrado por tu belleza, tu gran corazón, y por tu maravilloza ternura. Y cuando te levantes por la mañana, y hábras la ventana de tu cuarto, en esa brisa que sientas en tu bello rostro, y através de tu pelo despeinado, créeme, no lo dudes, através de esa brisa, siempre irá, el suspiro de mi alma anamorada.

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