Querido Yuri:
Llevo meses recluida en este lugar insólito donde el paso de las estaciones apenas transforma el paisaje. El silencio es aterrador y me ha supuesto un gran esfuerzo olvidar el bullicio de las calles de nuestra ciudad, esa en la que hemos pasado tantas horas juntos, felices, amándonos… A veces me detengo a pensar qué pudo pasarnos y no encuentro otra respuesta: el desamor se incuba poco a poco y nosotros debimos ser la cepa perfecta para ese virus.
Siento mi huida, pero no encontré otra salida mejor al desconsuelo que poner distancia entre nosotros; reconozco no haber sido capaz de soportar tu ausencia sintiéndote tan cerca de mí.
Solo pido que pronto llegue el día en que me perdones, en que me perdone.
Siempre en mi recuerdo.
Irina
PD: Los días son más fríos sin ti.
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