No me ha llegado mi lechuza

Querida profesora McGonagall:

Todavía no me ha llegado la lechuza de confirmación para mi plaza en el primer curso en Hogwarts de magia y hechicería, ni la lista de libros y equipo necesarios.

Es cierto que aún no sé volar en escoba, ni he conseguido hacer levitar una pluma ni hechizar a mi gato. Sin embargo he lanzado con éxito una maldición de infelicidad, aunque me la he lanzado a mí mismo. Espero que puedan ayudarme con eso.

Tengo una poderosa varita mágica de 18’5 centímetros de largo, con el cuerpo de cedro y el corazón de grafito. Con ella obro maravillas, doy vida a criaturas legendarias como los centauros y los uso a placer. También levanto castillos inexpugnables rodeados por bosques impenetrables y luego los puedo reducir de tamaño y guardarlo todo en un espacio rectangular y plano dentro de mi mochila, a salvo. Aún no he conseguido hacer desaparecer nada, excepto lo que haya creado antes con el extremo opuesto de mi varita.

Mientras espero su respuesta seguiré creando otros mundos con ella. La he llamado «La avispa», tanto por sus colores como por su afilada punta negra me recuerda a una de ellas.

Atentamente, su futuro alumno.