El Corazón, puzzle perfecto, al que la vida saquea piezas, sin piedad, sin permiso, como pétalos de una flor al someterse a la tormenta. Majestuoso y latente, mantiene su latido débil y roto. Sin perder la ilusión de recuperar la pieza exacta que recomponga el latido de vida, que le hirió de muerte.

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