14 años tenía él, 14 de miseria en su viaje a pie desde tierra extremeña huyendo de los estragos de la guerra. Fuera las bellotas amargas; bienvenida la añoranza lastimera, padre, pero que sea en esta nueva tierra de huerta que es mi Valencia madre. Tu calzado sin suelas se acompaña del cariño de mis abuelos, mientras, les gimen tus hermanos. Diez son los polvorientos pies gastados. Extremeño para valenciana: ¡Hoy te lloro! Tu ceniza vuelve a donde nació tu sangre negra y será su santo y seña.

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