Los días normales voy a trabajar. Otros, mato un pájaro. Pero hay días que deseo subirme a un tren. Me sucede cuando presiento la humedad que va a cambiar el verano en otra cosa. Me sucede y dejo que los pájaros vuelen por encima de mí. Nunca añoro los días normales ni los otros.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS