«Sacude el árbol del estremecimiento
y harás volar un pájaro extraño»
desde » El bosque de la noche». Amanecer
en las calles de París, en los cafés.
Olor a guerra en balcones y ropas,
arden las fábricas, queman las copas,
los antiguos suburbios de Tolouse-Lautrec.
Nueva generación, desorden, división
y un muro de Berlín sobre utopías,
se amontona basura en las esquinas,
tranvías que cruzan por la vieja Europa
entre raíles de inviernos sin vida…
Bajo los cielos llueve dolor,
sobre los campos de concentración se esconde el sol.
Dalí sostiene en una mano la locura
y en la otra le tiembla el bastón,
tiempos de lluvia y de revolución
mientras, en la plaza vieja de Praga duermen las hadas
nace la aurora, rozando las siete colinas de Lisboa…
«…A la patria, mi amor, prefiero rosas »
le anda dictando al corazón Pessoa.
Pájaros ciegos surcan el cielo de azul-añil.
Cerca de allí se resiste Madrid,
Granada llora a Lorca fusilado,
luna lunera, el Guernica, la muerte,
atrás quedó la etapa rosa de Picasso.
Palomas muertas sobre el mar de Alberti.
Aún queda niebla en las calles de Londres,
aún nos recuerda el velo de la India,
el adiós señorial, el éxodo y la libertad,
la sed y el hambre. La dualidad.
Sobre las calles monstruos de fuego abren sus fauces…
…Europa arde
y en la Viena imperial, se baila el vals.
…Cubrámonos con máscaras venecianas,
huyamos como amantes, abramos las ventanas,
soltémonos como cometas
desde las islas griegas a los mares del sur
donde supo Gaugin plasmar la luz,
viajemos en busca del alma azul de los poetas…
huyamos al compás,
a lomos de caballos de Chagall,
sobre el olvido,
a vueltas con los años y los siglos,
en alas de las noches que perdimos.
(Año 2000)
Calles del barrio de Alfama (Lisboa)
Plaza vieja de Praga …
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